El Covid-19 corresponde a los médicos, o mejor es responsabilidad suya

 

Buenas tardes. Les entrego la columna del domingo: "El Covid-19 corresponde a los médicos, o mejor es responsabilidad suya".

El Covid-19 corresponde a los médicos, o mejor es responsabilidad suya y no del papa Francisco, Tedros Adhanom, Bill Gates y Klaus Schwab, quienes desenfrenadamente se arrogan el derecho de sentenciar que el mundo tiene 7.000 millones que deben morir para que 1.000 millones vivan mejor. Por ello, son los médicos los que deben sopesar los pros y los contras de las decisiones tomadas sobre la salud y las vacunas, habida cuenta de que, el papa Francisco, Tedros Adhanom, Bill Gates, Klaus Schwab, determinan -sin ser médicos ni gobernantes- cuántos deben morir en cada pandemia, qué virus soltar, qué inyecciones usar y a qué población vacunar.

Las redes sociales publican todos los días abundantes recomendaciones, opiniones, investigaciones y experiencias personales de médicos que atienden a pacientes que después de ser vacunados contra el Covid-19 comienzaron a sufrir enfermedades que jamás tuvieron: hemorragias cerebrales; infartos; pulmones dañados; cánceres; hígados acabados; riñones colapsados; sistemas inmunes hechos polvo...

Médicos prestigiosos y connotados líderes políticos y sociales le endilgan la culpa de tantas muertes repentinas de niños, personas jóvenes y adultos mayores a las vacunas contra el Covid-19. Y simultáneamente, otros médicos y otros líderes políticos y sociales de muy escasa credibilidad, argumentan que esos montones de fallecimientos prematuros son causados por enfermedades normales que siempre se llevan sin discriminación, a niños, jóvenes, mujeres, deportistas y ancianos.

Es sumamente difícil determinar si los pros tienen la razón, o la tienen los contras. Si la razón la poseen los contras, estaríamos todos los vacunados contra el Covid-19 enfrentados a unas contingencias de miedo: inminente llegada de un derrame cerebral; asalto sorpresivo de un infarto; intempestiva embolia pulmonar; espantosa encerrona de un cáncer; susto de un absceso hepático amebiano; camino de los riñones lleno de piedras; artritis reumatoide...

Lo mínimo que esperan 50 millones de colombianos es que los médicos determinen rápidamente cuál de los 2 grupos tácita y explícitamente enfrentados tiene la razón: si el grupo que defiende la vacuna, o el grupo que está contra la vacuna. Ojalá estemos equivocados y la razón la tenga el grupo que defiende la vacuna, dado que si la razón la tiene el grupo que está en contra de la vacuna, estaríamos bordeando el abismo o la sepultura.

Una vacuna contra el Covid-19, hecha para matar a 7.000 millones de personas y un presidente inventándose el último discurso sobre la salud y frente a un grupo de despistados progresistas es una fusión absolutamente letal: el presidente dedicado a improvisar con la salud de 50 millones de colombianos, y un grupo de extraviados partidarios suyos dedicados a aplaudir las cenizas de la última EPS quebrada es lo más parecido al suplicio que vivió Jesus durante sus pasos hacia el Monte Calvario.

"Cientos de médicos y científicos de todo el mundo han firmado un acuerdo que pide la suspensión y la investigación de las inyecciones de ARNm contra el Covid debido a serias preocupaciones sobre su seguridad y eficacia.

La declaración, llamada Acuerdo de Esperanza, se publicó esta semana y rápidamente obtuvo casi 3.000 firmas. Estos incluyeron el respaldo de más de 200 médicos, otros 300 profesionales de la salud y más de 100 científicos y académicos, y todas las firmas se verificaron para garantizar que provengan de personas reales y calificadas.

La declaración, que también pide reconocimiento y apoyo a los perjudicados por la inyección, aborda cinco prioridades clave:

Suspensión inmediata de los productos de inyecciones de ARNm contra el COVID-19 : Dice que los productos de inyecciones de ARNm deben suspenderse inmediatamente debido a un creciente conjunto de evidencia que sugiere un vínculo entre el lanzamiento de la inyección y tendencias alarmantes en discapacidad y exceso de muertes.

Revaluación integral de la seguridad y eficacia de la inyección COVID-19: exige investigaciones independientes para revaluar exhaustivamente la seguridad y eficacia de todos los productos de la inyección COVID-19, garantizando la transparencia y la divulgación completa de los datos.

Reconocimiento y apoyo a los lesionados por la inyección: El acuerdo enfatiza la necesidad de reconocer y apoyar a las personas que han sufrido lesiones relacionadas con la inyección, brindándoles la atención médica y la compensación necesarias.

Restauración de los principios éticos abandonados durante la era COVID-19: exige un retorno a la ética médica fundamental, incluido el consentimiento informado, la autonomía corporal y la protección de los niños, todos los cuales se vieron comprometidos en los últimos años.

Abordar las causas fundamentales de la situación actual: El acuerdo aboga por una investigación honesta de los factores que llevaron a los problemas éticos y médicos actuales, incluido el pensamiento de grupo institucional, los conflictos de intereses y la supresión del debate científico.

La iniciativa surgió de la Investigación Popular sobre Vacunas del Reino Unido y comenzó como una declaración de miembros de Doctors for Patients UK , entre ellos la Dra. Ayiesha Malik, el cirujano Dr. James Royle y el cardiólogo Dr. Dean Patterson. El médico de urgencias, el Dr. Tim Kelly, vio la necesidad de una declaración ética internacional más amplia y contó con el apoyo de médicos de EE. UU., Canadá, Sudáfrica y Australia.

En un comunicado de prensa, los organizadores dijeron que el acuerdo «llama a la comunidad médica y a los responsables políticos a revaluar las violaciones éticas de los últimos años y garantizar que las futuras crisis sanitarias se gestionen con mayor adherencia a los principios éticos y la integridad científica».

Se invita a los profesionales de la salud, científicos y miembros del público preocupados a unirse al movimiento agregando su firma y apoyo"