Gerardo Jurado Ciro
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1-Los generales de la Policía y el Ejército están cometiendo errores monumentales: están pasando por alto el mandamiento: “El arte de la guerra se basa en el engaño”, y están mandando a territorios llenos de narcoterroristas, a pelotones de 4 o 16 policías o soldados uniformados, mal armados e instrucciones de no disparar contra los narcoterroristas. A esas zonas de guerra deben enviar batallones armados para la guerra, con instrucciones claras de usar las armas y no dejarse joder.
2- La paz total pactada con los narcoterroristas es más bien, impunidad total pactada con el crimen, pues, es quimérico suponer que narcoterroristas ricos van a acatar los mandamientos de una paz total. Lo que logró el presidente Petro con el cuento de la paz total, fue que los narcoterroristas le declararan la guerra al país, y frente a esta realidad la Fuerza Pública debe obedecer literalmente los preceptos señalados en el Artículo 217 de la Constitución.
3-El arte de la guerra también radica “en ser capaz de movilizar enormes masas de hombres”, y 452.466 miembros que tiene la Fuerza Pública permiten que a cada zona de guerra manden un batallón -300 o 1.000-, en vez de un pelotón o una patrulla. Si revisamos el acompañamiento que tenían los policías asesinados vamos a ver con dolor que pertenecían a un pelotón o a una patrulla. Así, pues, los policías asesinados son errores de los generales que mandan a zonas de guerra pelotones o patrullas, en vez de batallones.
4- Un batallón lo integra 300 o 1.000 hombres; un escuadrón lo compone 45 o 200 hombres; una sección la integra 16 o 44 hombres; y un pelotón lo componen 4 o 16 hombres. Subir 4 o 16 policías a una camioneta o camión para que viajen solos por una carretera llena de narcoterroristas es un error monumental, pues, los asaltan y los matan. Por carreteras llenas de narcos deben viajar solo escuadrones o batallones. “En la guerra no solo hay que saber atacar sino también cómo hacer para que no te ataquen”.
5- “Si se quiere fingir cobardía primero hay que conocer la valentía y, si se quiere aparentar debilidad, primero hay que conocer la fuerza”. Policías y soldados nuestros primero conocieron la valentía y luego apredieron a fingir cobardía; y primero conocieron la fuerza y luego aprendieron a aparentar debilidad. Siendo así, están bien preparados, pero, lamentablemente mál dirigidos. Y es porque los generales y coroneles están desobedeciendo el Artículo 217, y obedeciendo de manera ciega las órdenes torpes del presidente Petro.
6- Los generales y 452.466 miembros de la Fuerza Pública, deben entender que el señor Petro encabeza la fuerza narcoterrorista y globalista que tiene como única tarea destruir todo lo que hemos construido en 200 años; y, asimismo, comprender que el señor está de paso y, además, lo está haciendo bastanrte mal; y, que por eso, precisamente, o renuncia, o lo destituyen, o sale huyendo para Venezuela, Cuba o Nicaragua. Y siendo así, quedarían los generales y coroneles respondiendo por todo lo malo que hizo el señor Petro.
7- Cuando el presidente Gustavo Petro presentó su plan de paz total, se produjo una alianza tácita entre los adversarios, u opuestos, o enemigos narcoterristas, y consecuentemente, toda esa fuerza monolítica y criminal le declaró implícitamente la guerra a la población civil, a la Fuerza Pública y a los poderes Legislativo y judicial. Guerra monstruosa entre la gente buena y las fuerzas narcoterroristas comandadas por el peón del globalismo en Colombia, el presidente Gustavo Petro.
8- El presidente Petro ostenta un poder temporal, lo esta usando bastante mal asociado con el crimen organizado, y le importa un pito violar de manera recurrente y flagrante la Constitución Nacional. La Fuerza Pública, pese a las embestidas de Petro y el crimen, está ahí, como medio activa y como medio paralizada: estoíca, obediente, patriota, nacionalista y cristiana. Sin embargo, podría hastiarse por los desmanes del presidente e imitar a las reservas y unidas podrían deponer a Petro, pues, tienen la fuerza y las armas.
9-La Fuerza Pública, con suficiente razón, le teme a Petro, a la JEP y a la justicia tradicional. Ese miedo, la obliga a preguntarse: ¿cuántos policías y militares hay en la cárcel pagando el cumplimiento de su deber? ¿Cuántos jefes de las Farc, el Eln, Epl, Clan del Golfo y narcoterroristas hay en la cárcel? ¿Y cuántos generales, coroneles, policías y soldados, hay en la cárcel por buenos y pendejos? Si la Fuerza Pública decide un día deponer a Petro y subir al poder temporalmente, seguramente va a cobrar todo lo que el país le debe.
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