Gerardo Jurado Ciro
El presupuesto de la paz total del presidente Petro está enfocado a que una vez la obra queda terminada él pueda mostrarle a Colombia y al mundo que: 1) acabó con la Fuerza Pública -452.466 colombianos-; 2) que la Fuerza Pública -452.466 colombianos- fue canjeada por las Farc, Eln, Epl, Clan del Golfo y narcoterroristas; 3) que la nueva Fuerza Pública es integrada por sicarios enfermos del alma, pero, asesorados por los mejores sicólogos y siquiatras del país, cuya misión principal es sanar totalmente la psique de los asesinos para que puedan proveer de seguridad a 50 millones de idiotas.
Esta es la figura de la paz total que Petro le ha vendido a Colombia, los EE.UU. Y España: paz total con el crimen organizado y ostracismo político para 452.466 hombres y mujeres que fueron el muro de contención del comunismo durante 74 años. Si súbitamente un miembro de la Fuerza Pública asesina a un patriota será exculpado y el delito será endilgado al siquiatra que tenga la responsabilidad de asesorarlo. De la misma manera, si súbitamente trastabilla la paz total, ese fracaso será endosado a la prensa y a los periodistas, quienes tendrán que ir a la cárcel por haberse inventado el cuento chino de la paz total.
1-La figura del guerrillero o narcotraficante o narcoterrorista o asesino en masa o asesino relámpago, se parece a la figura del sicario que mata por compadraje o por una suma determinada de dinero. El presidente Petro quiere hacer la paz con estos ciudadanos sin consultar previamente con los sicólogos del país, pues, estos hombres son distintos a las demás personas; por lo tanto, resulta demasiado peligroso pactar la paz con una persona que no se ha desembarazado todavía de su enfermedad sicológica.
2- El fenómeno del que mata es preocupante porque el hombre no fue hecho para asesinar sino para proteger la vida: la suya, la de su familia y la de otras personas; esa costumbre de asesinar para conseguir confort, o por cuestiones políticas, o para enriquecerse rápido y ganar poder, tiene como contrapartida la desvalorización de la vida, la propia y la de otros, y la sobrevaloración del dinero como única cosa importante. Por eso, es una utopía suponer que las personas que ganan millones van a firmar la paz y se van a resignar a recibir un salario mínimo.
3- Verónica Martínez hizo una investigación sobre los rasgos de la personalidad de la población de sicarios en Colombia, donde menciona que este grupo de personas empieza a desarrollar desde joven una apatía total ante la vida, debido a la escasez de futuro que ve en ella y a las opciones nulas que tiene para poder vivir de una manera digna. La escasez de todo y las oportunidades nebulosas van enfermando el alma de los jóvenes excluidos, y terminan convencidos que se irán temprano; y eso les da valor para matar y para esperar la muerte.
4- La doctora Arcelia Vásquez encontró al sicario marginal: éste sale de las zonas ignoradas por los gobiernos; regiones donde no hay una pizca de cultura, ni escuelas, ni organizaciones económicas; son por lo tanto, personas manipulables y fáciles de dañar; por eso precisamente se dejan atraer por trabajos ilegales manejados por ciudadanos de poca o ninguna reputación; y así en ese ambiente insano y torcido, van siendo endurecidos hasta cometer el primer crimen que posteriormente repetirán y repetirán hasta la muerte prematura.
5- El sicario antisocial: sale de los ambientes donde es común el crimen, las pandillas y el consumo de drogas; es un fracaso escolar; abusa de las drogas y no acata ninguna norma social: comienza a presentarse en las pandillas y a cometer delitos menores; desde temprana edad es oposicionista y desafiante; ya adolescente presenta signos de trastorno social: pandillerismo, robo, peleas y consumo de drogas; adulto presenta conductas antisociales y comete secuestros y ejecuciones.
6- El sicario psicopático: presenta disfuncionalidad en los apegos, baja estimulación afectiva, negligencia, falta de límites y algún padecimiento psiquiátrico; comienza como el sicario antisocial, a una edad temprana y cometiendo delitos menores; luego se relaciona con personas poderosas de la delincuencia organizada; y su frialdad emocional lo lleva a liderar trabajos grandes y a ganar mucho dinero; presenta la oscura triada de la personalidad, o signos de narcisismo, maquiavelismo y psicopatía; utiliza a las personas para su conveniencia sin importarle el bienestar de éstas.
7- El sicario sádico: similar al sicario psicopático; tiene un sadismo natural al realzar sus torturas y ejecuciones; destaca por su frialdad, crueldad y placer en su realización; con su odio y venganza provocan mayor sufrimiento a sus víctimas; y éste es más importante que su salario. Este trabajo no exige un esfuerzo grande, ni tampoco un conocimiento de algún oficio específico. Demanda sí que el sicario tenga el alma enferma de revanchismo; enferma de odio y venganza; enferma de inferioridad y ganas de sobresalir sin haber hecho nada importante en la vida.
8- Nunca el Estado le ha ganado la guerra al crimen; tampoco el crimen le ha ganado la guerra al Estado; Estado y crimen, de manera perenne y sin intermisión, libran una guerra que es como la piel: consustancial a la naturaleza humana; por eso quizá ningún Estado ha conquistado jamás la paz total. Entonces es una utopía del presidente Petro pretender alcanzar una paz total; tendría que convertir en ángeles a los sicarios marginales, antisociales, psicopáticos y sádicos; y los primeros son demonios que van a las cárceles y los otros dos, aunque minoría, son monstruos más peligrosos.
9-Buscar la paz total después de 200 años de guerras entre el Estado y el crimen, es una quimera; lo que sí resulta inteligente y sensato es combatir el crimen y, por primera vez, aplicando la sicología y la siquiatría, puesto que, los sicarios marginales, antisociales, psicopáticos y sádicos, están enfermos del alma; por lo tanto, darles más garrote como antídoto, es una equivocación; cómo es otro error meterlos a la cárcel sin haber allá sicología y siquiatría para soltarlos sanos; y peor todavía: acordar con ellos la paz, sin haberles sanado el alma, por medio de la sicología y la siquiatría.
10- El hacedor de la paz total es el senador Iván Cepeda, miembro sobresaliente del secretariado paralelo de las Farc; por lo tanto, les dará todo a los narcoterroristas, a cambio de nada. Acordar una paz total con el crimen, sin haber pasado antes por los consultorios de los sicólogos y siquiatras, es tan disparatado cómo darle aspirina a una septicemia. El senador Cepeda puede pactar la paz total con el crimen organizado; sin embargo, si tan solo un 1% se aparta del acuerdo, esa minoría es capaz de dejar sin agua, energía, alimentos, Internet, transporte y salud a 50 millones de personas.
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