La reforma laboral debe ser retirada, pues, no desactiva la bomba atómica de la informalidad laboral
Gerardo Jurado Ciro
gerardojurado2017@gmail.com
1- Para pagar un salario justo, se necesita distribuir la plusvalía de manera recta y equilibrada; esto es, la plusvalía antes de impuestos: la empresa obtuvo ventas por valor de 1.000.000 de pesos. Incurrió en costos directos de 500.000. Incurrió en gastos administrativos, de ventas y financieros de 300.000. Y obtuvo una plusvalía antes de impuestos de 200.000. Plusvalía que se reparte en impuestos y dividendos y capitalización de la empresa: impuestos 60.000; dividendos 80.000 y capitalización de la empresa 60.000.
2- Marx dijo que el trabajador con su fuerza de trabajo generaba las plusvalías. No es cierto. La plusvalía es producida por la fusión creada por el sistema capitalista: Empresario-Capital-Trabajador. La empresa sin capital y sin fuerza de trabajo no produce plusvalía. El capital sin empresa y fuerza de trabajo no produce plusvalía. Y el trabajador, sin empresa y capital no produce plusvalía. El socio de la empresa obtiene su remuneración con los dividendos que el pagan al año siguiente. El trabajador obtiene su remuneración con el salario mínimo que le pagan durante el presente año.
3- El trabajador obtiene su jubilación pobre porque solo ha obtenido su salario mínimo. El socio obtiene su jubilación con riqueza, porque recibe como remuneración dividendos que le compensan el riesgo de invertir en una empresa que puede quebrar. Además, puede especular con las acciones: vender y obtener una buena ganancia. Incluso volver a comprar y volver a vender y volver a ganar. Esa asimetría remunerativa es la que hay que corregir, pues, las dos fuerzas generadoras de plusvalía deben recibir una remuneración justa.
4-En el futuro el socio tendrá derecho a recibir un dividendo mínimo, pero igual, al interés promedio de los depósitos a término -CDTs- en los bancos nacionales, y máximo 3 veces el interés promedio de los depósitos a término -CDTs- en los bancos nacionales. El trabajador tendrá derecho a recibir un salario mínimo e igual al costo de la canasta familiar, más un salario mínimo y adicional para capitalización y recreo, más la parte que ahorre la empresa a nombre suyo en el Fondo de Empleados, cuyo vínculo es obligatorio para todos los trabajadores.
5- Desde luego, el salario mínimo y doblado que se le asignaría al trabajador generaría inflación si se mantiene igual la oferta de bienes y servicios. Por eso, precisamente, es absolutamente imperioso aumentar la oferta de bienes y servicios en un valor igual a ese que tiene el dinero circulante. ¿Cómo? Imitando al campo. El campo, aunque llueva o truene, o brille el sol o todo se halle frío, utiliza su capacidad productiva instalada al 100 X 100. Trabaja y produce durante 24 horas todos los días. Los 360 días del año.
6-Las empresas que están trabajando un turno de 8 horas diarias, están utilizando su capacidad productiva instalada un 33%; las que tienen dos turnos están en un 66%; y las que tienen 3 turnos están en un 100 X 100. Seguramente, la utilización de la capacidad productiva instalada al 100 X 100, en vez de ser suficiente para aumentar la producción de bienes y servicios hasta igualar el incremento de la demanda y el consumo, quizás demande más bien incrementar la capacidad productiva instalada, agregándole a la cadena de producción más edificios y más máquinas o equipos industriales.
7- Para evitar el aumento de la inflación, se necesita igualar el agrandamiento del dinero circulante, por la elevación del salario mínimo, con el crecimiento simultáneo de la producción o mayor oferta de bienes y servicios: ¿Cómo? Utilizando al 100 X 100 la capacidad productiva instalada. Esto es, produciendo por medio de tres turnos diarios de 8 horas, durante los 7 días de la semana y a lo largo de los 360 días del año. Justo cómo lo hace el campo. Clara está, siempre y cuando el mercado nacional e internacional exija mayor atención para su demanda de bienes y servicios.
8- Una empresa que está produciendo bienes y servicios por medio de 2 turnos de 8 horas diarias, entre lunes y sábado, está utilizando su capacidad productiva instalada un 67%. Si utilizando esa capacidad, utilizan a 1.000 hombres, utilizando esa capacidad al 100 X 100, utilizarían a 500 hombres más. Y esos hombres y mujeres adicionales vendrían, claro está, de las filas de la informalidad. Ahí queda demostrado que la utilización de la capacidad productiva instalada al 100 X 100, es una manera de coadyuvar a solucionar el problema grave de la informalidad laboral.
9- Sin embargo, en el caso colombiano, la mera utilización de la capacidad productiva instalada al 100 X 100, es insuficiente para acabar con la informalidad laboral que suma 12.8 millones. Aquí y ahora toca lucubrar un poco para entender mejor la situación: digamos que los 9.2 millones de trabajadores formales laboran en 3 turnos de 8 horas y utilizan un 100 X 100 de la capacidad productiva instalada. Digamos que no queda capacidad productiva instalada ociosa, y que es imperativo buscar alternativas originales, audaces e imaginativas, para sacar de la informalidad laboral a 12.8 millones de personas.
11- Tener en la calle a 12. 8 millones de mujeres y hombres sin almorzar, ellos y sus familias, además, forzados a dilapidar y malgastar sus habilidades y conocimientos -puesto que, las ventas de tomates, peras y manzanas en los semáforos es un trabajo que no produce plusvalía-, genera sentimientos profundos de desconsuelo, aflicción y congoja, pues, se trata de la mayor tragedia política, social y económica que sufre Colombia: solo un 41.8% de la fuerza de trabajo almuerza porque produce bienes y servicios. El 58.2% de esa fuerza de trabajo no almuerza con sus hijos, sino se gana el almuerzo en la calle, vendiéndole cositas a la gente
12- Contra todos los estudios eruditos y doctos y las revelaciones sesudas y cerebrales de Petro, la bomba atómica va a estallar en Colombia y se llama: informalidad laboral de 12.8 millones de personas. Entonces no lucubremos, ni contabilicemos culpas ahora. Centrémonos en el meollo del asunto: Colombia tiene una fuerza de trabajo -habilidades y conocimientos- encarnada en 22 millones de personas. Y la capacidad productiva instalada absorbe solo un 41.8%. El restante 58.2% queda tirado en la calle, rebuscándose el almuerzo, suyo y de sus hijos, a la merced de las limosnas de 9.2 millones de trabajadores formales.
13- Colombia no tiene alternativa: o soluciona el problema de la informalidad laboral o se hunde en un pozo negro tan profundo cómo el más profundo y del cual jamás podría salir. Centrémonos entonces en las soluciones, en vez de zambullirnos en bizantinismos como el de contabilizar las culpas: 1) después de consultar si hay demanda, ampliar la capacidad productiva instalada de las empresas que cuenten con mercados amplios y seguros; 2) comenzar la segunda etapa de la industrialización del país; 3) devolver las tierras a sus legítimos dueños, los campesinos;
14- 4) descongestionar las ciudades propiciando el retorno de los campesinos a sus tierras nativas; 5) crear una Cooperativa para cada oficio que haya en Colombia, y cuyos trabajadores sean todos los que ejerzan ese oficio: de tal modo que quien necesite un albañil o lavandero o tornero o barrendero o panadero... lo debe solicitar en la Cooperativa conformada por los que ejercen ese oficio, ésta factura los servicios y le paga al albañil el salario mínimo con todas las prestaciones de Ley
15- Tendríamos el fin de la informalidad laboral porque habría Cooperativas para cada oficio sin trabajo. Para cada habilidad y conocimiento. Y, obvio, para cada trabajo realizado por el mecánico, pescador, albañil, fontanero o plomero, lavandero, escultor, editor, obrero, artesano, tornero, barrendero, panadero... 6) el jubilado en cada oficio sería también socio y trabajador de las Cooperativas, y ejercería como asesor de la Gerencia y profesor de los jóvenes recién iniciados en cada oficio.
16- La fusión Empresario-Capital-Trabajador, sería el motor del desarrollo económico, el bienestar social y la paz total, pues, sería la única generadora de plusvalía para ser distribuida de manera Justa entre todos. Por lo tanto, ni la Empresa, ni el capital, ni el trabajador, individualmente, serían hegemónicos, ni ejercerían la supremacía total y absoluta. La hegemonía y la supremacía absolutas las encarnarían corporativamente la fusión, Empresario-Capital-Trabador. Adiós entonces a los demagogos irresponsables, a odios, revanchismos y rencores recíprocos.
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