Nadie duda hoy que la élite globalista es capaz de crear el Covid-19, Infectar a 658 millones y matar a 6,7 millones.
Gerardo Jurado Ciro
gerardojurado2017@gmail.com
Prevalidos del trabajo de Alfonso Masoliver presentamos al patriota, nacionalista y cristiano ortodoxo que hay en el pecho de Vladimir Putin; prescindimos, por lo tanto, de afirmar o negar que Putin es marxista, leninista o estalinista; comunista o capitalista; bueno o malo; confiable o de cuidado. Les mostramos entonces a Vladimir Putin justo como el patriota, nacionalista y cristiano ortodoxo que casi solitario se le enfrentó a los mandamientos de Cecil Rhodes, príncipe Bernardo de Holanda, Klaus Schwab, Foro Económico Mundial, Foro de Davos y Agenda 2030.
Vladimir Putin, prevalido del 60% del pueblo ruso que es patriota, nacionalista y cristiano ortodoxo; de Cirilo I, jefe de la poderosa iglesia ortodoxa rusa; y de los soldados y generales rusos, resolvió enfrentársele al poder empresarial, financiero y familiar europeo y norteamericano que siempre había querido eliminar a Rusia. Y entonces atacó a Ucrania, pero, solo como pretexto para poder confrontar a la élite globalista que pregonaba que Dios estaba muerto y que Jesús era una mentira periodística; y asimismo que podía destruir la vida y rediseñar una vida nueva; y también convertir en Dioses a los humanos.
Si la élite globalista pregonaba que Dios estaba muerto y que Jesús era un cuento chino y que la vida actual podía destruirse y cambiarse por una nueva, y además, se podía convertir en Dioses a los humanos, pues, nadie dudaba que la élite globalista era capaz de crear el Covid-19, Infectar a 658 millones y matar a 6,7 millones; asimismo, capaz de convertir las naciones en una sola y la economía en una sola y el gobierno en uno solo; también, desde luego, eliminar la libertad individual y la propiedad privada; y, para redondear la faena, convertir la fuerza de trabajo, en fuerza de trabajo esclava, con un salario igual.
Aunque Vladimir Putin resultara derrotado por la élite globalista, ya pasaría a la historia como el líder patriota, nacionalista y cristiano ortodoxo que, fue capaz de confrontar a una fuerza globalista y destructiva que comenzó su periplo criminal en el siglo XVII, quitándole las tierras y las minas a los campesinos; avanzó hasta el siglo XIX e hizo las guerras mundiales 1° y 2°; y prosiguió hasta los siglos XX y XX1, resuelta a quedarse con el mundo entero, dueña de todo, feliz, por supuesto, pues, todos los esclavos a su alrededor serían completamente felices.
1-”Es innegable que Putin se trata hoy de uno de los dirigentes más sólidos de Europa. Aunque su popularidad ha caído levemente en los últimos meses, todavía recibe el apoyo de la amplia mayoría de los rusos. Aunque exista un tímido movimiento de opositores, disidentes o políticos envenenados misteriosamente. Vladimir Putin puede movilizar a 100.000 hombres y varios cuerpos de todos sus ejércitos mientras su pueblo aplaude enfebrecido. ¿Cómo es esto posible? ¿Por qué gusta tanto Putin a los rusos? Y la pregunta más importante: ¿cómo ha afianzado su poder hasta los límites actuales?”
2-Putín le gusta tanto a los rusos porque es, esencialmente, nacionalista; y el nacionalismo es la cocaína del pueblo ruso porque lo excita y lo estimula para ser capaz de ganar en cualquier juego a todo el mundo. Putin lo sabe. Y él, como líder político, tiene el poder para cultivar esta otra droga en el alma de pueblo ruso. Putin Alimenta los ánimos nacionalistas de su pueblo y por medio de éstos le devuelve a Europa los golpes que le dio a Rusia en el siglo XIII desde Lituania y en 1609 desde Polonia y en 1812 desde Francia y en 1940 desde Alemania.
3-La camaradería que existe entre Vladimir Putin y sus soldados toda Rusia la conoce. Ellos le adoran porque él les ofrece acción. O al menos se las insinúa. Les muestra la imagen de un líder carismático y maestro de las artes marciales, con cara de tipo duro, en excelente forma, en fin, un jefazo; de manera que tiene a los soldados llenos de testosterona metidos en el bolsillo. A los generales también, porque los generales de Vladimir Putin son de todo menos progresistas.
4-Putin enseña al ruso lo que significa ser ruso. Cómo ser ruso. Qué es y qué no es ruso. El ruso ya no piensa como los soviéticos, igual que los soviéticos no pensaban como el zar; el ruso de ahora piensa como Putin. Putin es el símbolo de la nueva Rusia. Entonces, si le preguntásemos a un simpatizante de Putin si considera un buen ruso al mandatario, este contestaría casi sin pensarlo que sí. Putin es un buen ruso. Es un hombre fuerte, ama a la tierra. No se anda con bromas.
5-Putin cuenta con un interesante elemento a su favor, dentro del campo de la tradición rusa. El zarismo. La bandera rusa actual es la misma que la del zar Alejo I y Pedro I y Nicolás II, zares de todas las rusias. Zar de todas las rusias es un título que se le daba a los zares. Rusia es una multitud de pueblos variadísimos, varias rusias; y quien gobierna todo esto es el zar. Es decir Putin. Putin actúa como un verdadero zar. Mantiene una excelente relación con los medios de comunicación y personalidades zaristas.
6-Religión. Siglos y siglos de nacionalismo y religión reunidos en un único símbolo que es la cruz ortodoxa. Los seguidores de Putin son nacionalistas y religiosos. Su religión es la religión rusa, la religión fuerte, la de la tierra, la de verdad. San Jorge cabalga en el centro de su escudo y la cruz ortodoxa brilla en las puntitas del Kremlin. Un 60% de los rusos se consideran cristianos ortodoxos. Putin lo sabe. Y lo usa. Siempre se deja ver en el Bautismo del Señor el 19 de enero y, si no es él, alguno de sus ministros acude a las misas celebradas en memoria de ese acontecimiento relevante para Rusia.
7-El presidente ruso Vladimir Putin se reúne con el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, Cirilo I. La Iglesia ortodoxa también le mima. El patriarca Cirilo -líder de la Iglesia ortodoxa rusa- es conocido entre los medios de comunicación por su línea conservadora y su amistad con el presidente. A sus ojos, Vladimir Putin es el defensor de Rusia frente a la decadencia de Occidente y la amenaza islamista de los pueblos del sur. Putin es cristiano ortodoxo y amiguete del patriarca Cirilo. Durante el gobierno de Putin se restauran iglesias que fueron destrozadas por los comunistas a un ritmo de 1.000 por año.
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