1- Son 8.318.374 los trabajadores formales y son 13.968.117 los trabajadores informales. Para salvar la economía, es decir, para salvar de la ruina a 50 millones de colombianos, el Gobierno debe prescindir de los subsidios a las empresas, puesto que, éstos difieren la crisis, pues, para que resulten útiles deben venir en montones de billones de pesos -el Gobierno no los tiene-, y más bien el Gobierno debe endeudarse a 20 años en la economía financiera del mundo, y a su vez y con ese dinero captado y depositado en los bancos Nacionales, prestarle a 20 años, con garantías del 100 X 100 del FNG, a todo el sector productivo, confiando que éste plenamente recuperado pueda pagar dentro de 20 años las deudas -baratas- contraídas para su propia salvación.
2- Lo que procede es que el Gobierno se endeude a 20 años con intereses bajos, y esos préstamos los invierta en las mismas condiciones en los bancos Nacionales, para que éstos le presten, con garantías del 100 x 100 del FNG y a 20 años al sector productivo, para pagar las nominas y demás gastos fijos del período abril-septiembre; ese producto financiero garantiza que los empresarios puedan recomenzar a trabajar, para alcanzar primero el punto de equilibrio, luego su recuperación económica, y después de esto, la generación de utilidades e impuestos.
3- La voluntad del presidente Duque es una roca, por eso está manejando bien la crisis del coronavirus; sin embargo, le falta más ayuda en la parte económica, pues, ese lado no tiene el aporte de científicos numerosos como en la salud; faltan en las decisiones financieras del ministerio de Hacienda, el aporte de ejecutivos curtidos en el manejo de las finanzas de empresas grandes y, sobre todo, de aquellos ejecutivos que tuvieron que confrontarse con crisis financieras de alto calado, y salieron ilesos y airosos de ellas. Dirán algunos que la experiencia carece de importancia en esta crisis, desconocida y atípica; claro que la experiencia sirve; esa pensando en un cataclismo social y económico hubiese exigido: jamás, jamás, reducir la producción, nunca, nunca, rebajar los salarios o ingresos, y por ningún motivo, ni por ninguna razón mermar los consumos.
4- Un trabajador recibía en marzo un salario mínimo de $980.657 y causaba en prestaciones sociales $499.027; anuncia el Gobierno que ayudará a las empresas que tuvieron un bajón del 20% en sus ventas, con $350.000 por cada trabajador, en los próximos 3 meses; obviamente y a cambio de que el empresario se comprometa con el Gobierno a no despedir trabajadores. La diferencia, $1.129.684, la pagará el empresario. Es decir, el empresario pagará un 76.35% y el Gobierno pagará un 23.65% del salario; ayuda noble y oportuna, sin embargo, incompleta. Por ejemplo: una empresa pequeña, con 10 trabajadores y una nomina mensual de $14.796.840, pagará con sus propios recursos, $11.296.840 y con la ayuda del Gobierno pagará $3.500.000. Es buena y bien intencionada la ayuda del Gobierno, pero, es insuficiente.
5- Es imposible que ese empresario pueda comprometerse con el Gobierno a conservar a sus 10 trabajadores, pues, es sumamente difícil que sea sujeto de crédito o posea en la caja $33,890.520, para pagar la nomina durante los próximos 3 meses; con más motivo o más razón, si la empresa en vez de vender normalmente, lo que ha tenido es una reducción en sus ventas o incluso cero ventas. Siendo así, puede aparecer la situación más compleja, puesto que, si sus 10 trabajadores no van a recibir el salario completo, el empresario de pronto tenga que tomar la decisión de prescindir de sus servicios. Lo cual significa él cierre definitivo de la empresa, el desempleo absoluto de 10 trabajadores y el hambre de mínimo 40 personas. Una decisión bien intencionada, pero mal materializada, puede convertirse en el sepulturero del sector productivo.
6- Según lo dicen los técnicos del Gobierno, “el programa PAEF no solo permitirá entregar $350.000 a las empresas por cada uno de sus empleados, sino que “también cubre a las personas que fueron despedidas en el mes de marzo y abril, si vuelven a ser empleadas, por supuesto. Si las empresas las vuelven a emplear, pues también serán cubiertas con estos $350.000 por empleado”. El principal objetivo del Gobierno con este programa es “que no se rompan los contratos laborales y que una vez empiece la recuperación se pueda volver más rápidamente a la normalidad en términos de este tipo de contratos”.
7- Estos presupuestos del Gobierno son loables, pero quiméricos. Aunque los empresarios quieran recontratar a los trabajadores y los trabajadores quieran ser recontratados, es un imposible financiero, puesto que, la dificultad suprema reside en la falta absoluta de caja. El empresario no tiene en caja el $1.129.684 que debe pagarle al trabajador para completar su salario. Y tampoco tiene acceso al crédito bancario porque está insolvente y mal calificado en Midatacrédito.
8- Del sector económico vienen reflexiones sesudas sobre cómo preservar las empresas y los empleos; el presidente Uribe y los congresistas del CD aportan recetas inteligentes, prácticas y viables; los economistas de los gremios dan buenos consejos, pero, los técnicos del Gobierno se hallan sumergidos en una realidad de tiempos normales.
9- escuchamos al ministro Carrasquilla en el senado y no dijo ni Mu, ni de dónde va a sacar los billones de pesos que faltan para salvar al sector productivo y los empleos; nos quedamos esperando la gran noticia; la fórmula robusta y salvadora; habló de los 2.9 puntos del PIB que ha desembolsado pero no de los 10 o 15 puntos del PIB que faltan, pues, hay que salvar prioritariamente aquellos puestos de trabajo y los salarios de 22.286.491 trabajadores, para salvar después del hambre a 27.713.509 colombianos; eso es el meollo del asunto; lo demás es casi placebo, o Remedios parciales que alivian un poco el dolor de los tobillos, pero, dejan al cuerpo del paciente en estado terminal.
10- Si el señor ministro Carrasquilla insiste en remplazar una idea grande, acorde con la crisis, con un montón de soluciones chiquitas y parciales, la situación del empresario pequeño o mediano jamás va a mejorar; tampoco las condiciones de los trabajadores; el empresario perderá su empresa y los trabajadores perderán su empleo. Resulta peor el remedio que la enfermedad.
11- Con una ayuda bien intencionada, pero incompleta, el ministro Carrasquilla puso a los trabajadores al borde del precipicio, y de sobremesa los obligó, a ellos y a sus familias, a comer un 76.35% menos, es decir, a desayunar con menos de un 25% de un huevo, con menos de un 25% de un pan, y con menos de un 25% de café; en suma: redujo los consumos en un 76.35%, lo cual significa una hambruna del 76.35% porque los supermercados y el comercio en general van a vender un 76.35% menos, es decir, todos se van a quebrar.
12- Si a millones de trabajadores les quitan un 76.35% de los salarios, más de las dos terceras partes, los obligan a consumir un 76.35% menos de alimentos y otras cosas básicas. Y, lo peor, condenan a la quiebra o bancarrota total a los grandes, medianos y pequeños supermercados y comercio en general, puesto que, un bajón en ventas de un 76.35% es sinónimo de una espantosa catástrofe económica y social.
13- Estamos en un buen lío: 1) para salvar del hambre a 27.713.509 colombianos, hay que salvar -antes- los empleos de 22.286.491 trabajadores; 2) para lograr estos dos objetivos cruciales, hay que salvar primero y de la quiebra a todas las empresas, formales e informales, financiando las crisis de las cajas con préstamos de largo plazo y jamás con créditos de corto plazo; 3) presupuesto que exige para su ejecución, las condiciones financieras de holgura, amplitud y solvencia que solo proporcionan los créditos de crisis, o préstamos a 20 años, en vez de empréstitos tímidos de corto plazo, o subsidios pequeños que apenas aportan soluciones parciales, o no integrales; 4) de ese modo único y salvador, las empresas pueden reabrir, producir, facturar, cobrar y pagar.
14- Las condiciones socio-económicas de los empresarios y trabajadores del sector informal es sumamente difícil: pues, 13.968.117 no tienen contabilidad, Cámara de Comercio y balances firmados por un Contador; inclusive algunos estaban ya quebrados el 01 de marzo; y otro montón está mal calificado en Midatacrédito. Millones de informales apenas son conocidos por el párroco, o el tendero, o el farmacéutico; por lo tanto, son víctimas de la gota-gota...; siendo así, es preciso optar por un sistema de préstamos heterodoxo, quizás jamás imaginado y nunca usado en el país.
15- ¿Cuál? Que los bancos, con el dinero puesto por el Gobierno, les presten sin condiciones -sólo las garantías del FNG- a los millones de informales, con la única recomendación del Senador, Representante, General, Coronel, Ministro, Concejal, Diputado, Alcalde, Gobernador, Párroco, Fiscal, Notario, Juez, Contador, Ingeniero, Médico, Abogado, Decano, Gerente y Presidente…
16- Los empresarios y trabajadores dicen que los ingresos representan la mitad del Remedio contra el coronavirus, pues la otra mitad del Remedio es la cuarentena; el ministro Carrasquilla dice que no tiene dinero para pagar completos los salarios; eso jamás debió expresarlo así el ministro, ya que, equivale a decirle al paciente que tiene una infección generalizada -septicemia-, más o menos lo siguiente: señor, con mucho esfuerzo solo pudimos conseguir un 23.65% de los Remedios, bastante menos de la mitad; los otros están pedidos pero tardarán en llegar; le va a tocar morirse sin la bendición, y solo además.
17- Coronavirus es un sujeto peligroso e invisible de una sola pieza de piedra; es decir, es monolítico y no dicotómico; por eso, en vez de socorrer la salud o la economía separadamente, hay que salvarlas a las dos al mismo tiempo. El Presidente, los científicos y los médicos, con mucho éxito, se han aplicado a la tarea de preservar la salud; falta que los financistas se apliquen a la tarea de amparar al sector productivo; y para esa gestión de salvamento social y económico, solo procede echarle mano a una porción de tierra de la Nación, y endeudarse con su garantía en 100 o 150 billones de pesos; 10 o 15 puntos del PIB, justo lo que se necesite, pues, se trata de salvar a millones de colombianos de un naufragio inminente. Redimidos 50 millones de compatriotas, serán capaces de producir para pagar en 20 años, 100 o 150 billones de pesos.
18- El ministro Carrasquilla dice que se le está acabando el dinero; tal vez el dinero en Colombia, porque en la economía financiera del mundo el dinero fluye en billones de dólares; y más ahora que el dinero especulativo le coquetea al capital productivo; obtener créditos a 20 años, por 25.000 millones de dólares, o por 37.500 millones de dólares, o por 50.000 millones de dólares, con intereses moderados y facilidades para aumentar los préstamos o pagar anticipadamente los créditos, es un tema que no reviste mayor complejidad y misterio. Desde luego, es una decisión que el Gobierno debe consensuar con el país, y, sobre todo, con todos los gremios económicos y los sindicatos; ya que se trata es de endeudar y comprometer al sector productivo que es quien toma y paga.
19- Por todo esto de nuevo le recomendamos al ministro Carrasquilla prevalerse de una Fiducia Mercantil en Garantía, con tierra de la Nación, como bien fideicomitido, por valor de 200 o 300 billones de pesos, para que esa fiducia garantice y obtenga créditos, o emita bonos a 20 años, con intereses moderados y prepagos permitidos. Ese dinero, 100 o 150 billones de pesos va al sector productivo a 20 años, por medio de los bancos que lo reciben de la fiducia.
20- Ventajas de la fiducia: no hay que hacer ahora reforma tributaria; no hay que vender activos ahora; evita los subsidios a los empresarios; el dinero captado lo pagan el sector productivo y no el Gobierno; permite el número indeterminado de acreedores; cambio y sustitución de acreedores; parcelación de la garantía; aumento de la garantía en el camino y posibilidad de tomar más prestamos.
21- Todo el sector productivo, formal e informal, pequeño, mediano o grande, bien calificado o mal calificado en Midatacrédito, sujeto de crédito o no sujeto de crédito, necesita refinanciar sus deudas hasta septiembre; y necesita financiar los salarios y demás gastos fijos, durante el período abril-septiembre, y esa financiación que podría llamarse también, financiación de las pérdidas abril-septiembre, cuesta billones de pesos; y los empresarios saben que el gobierno con un PIB mensual de 100 billones de pesos, no debe ni puede subsidiar ese montón de dinero; y el Gobierno sabe que no puede dejar quebrar la economía, pues, equivaldría a abandonar el país a su suerte, o dejar ir al país al garete.
22- Por eso insistimos que la solución a esta crisis mortal, sin corazón y atípica, tiene que ser integral: refinanciar las deudas de todo sector productivo hasta septiembre; sumar las nóminas y demás gastos fijos de todo el sector productivo para el período abril-septiembre, y meter todos esos billones de pesos entre varios contenedores.
23- Repetido, pero, necesario: 1) que los bancos refinancien las deudas del sector productivo hasta el 30 de septiembre; 2) que el señor Presidente y sus ministros como fideicomitentes, creen una Fiducia Mercantil en Garantía, con una porción de tierra de la Nación, como bien fideicomitido; 3) que esa fiducia se endeude -inclusive con bonos- en la economía financiera del mundo y a 20 años con intereses moderados; 4) que ese dinero captado por la fiducia vaya después a todos los bancos Nacionales y a la manera de inversión a 20 años; 5) que los bancos le presten ese dinero, con garantías del 100 x 100 a todo el sector productivo; 6) que el sector productivo se recupere en 20 años y pague; 7) que los bancos le devuelvan ese dinero a la fiducia en 20 años; y 8) que la fiducia en 20 años pague y se liquide.
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