Los presidentes Duque y Uribe ganan. El castrochavismo y Cepeda pierden.
1- El complot -que nadie quiso prestarle atención en Colombia- tramado por el castrochavismo y sus aliados tácitos en Colombia, Roy, Robledo, Petro y Cepeda… contra los presidentes Duque y Uribe, obtenía su fuerza descomunal de Evo, principal aliado del general Soleimani, quien financiaba al terrorismo regional con dinero del narcotráfico, y del estratega subterráneo y clandestino del terrorismo latinoamericano y mundial, general iraní, Soleimani.
2- Los hechos de que Evo financiara al terrorismo latinoamericano con dinero del narcotráfico, y Soleimani, durante 20 años, fuera el estratega principal del terrorismo regional y mundial, demuestran, de manera clara y precisa, el tamaño descomunal y la importancia suprema, del complot castrochavista aupado por Roy, Robledo, Petro y Cepeda…, contra Duque y Uribe. Complot que nadie en Colombia le prestó atención, pese a que pretendía meter a la cárcel a Uribe, tumbar a Duque y subir a Petro.
3- Los servicios de Inteligencia, los partidos de la Democracia Liberal y la prensa de la izquierda radical, jamás le prestaron atención a la contraofensiva castrochavista contra el presidente Duque y el presidente Uribe. Permanecieron en silencio, mientras se empollaba y desarrollaba el complot que pretendía encarcelar a Uribe, tumbar a Duque y subir a Petro. Y eso fue gravísimo. Para que el país se enterase de ese horror fue necesario que desapareciese la dupla narcoterroista que estaba detrás de esa contraofensiva, Evo -Soleimani.
4- La desaparición de la dupla narcoterrorista, Evo-Soleimani, afectó de manera grave a las dictaduras terminales de Cuba, Nicaragua y Venezuela, integrantes del castrochavismo, pues, las dejó huérfanas de sus dos columnas fundamentales: el dinero del narcotráfico y la estrategia terrorista. Hoy carecen de músculo financiero y de estrategia de guerra. Por eso, precisamente, ahora no le hablan tan duro a las democracias de Ecuador, Chile, Bolivia y Colombia.
5- Durante el año 2019 se habló profusamente en las Redes Sociales, primero del complot contra el presidente Uribe, luego del plan desestabilizador contra Ecuador, Chile y Colombia, y finalmente de la conspiración para debilitar o tumbar al presidente Duque. Todas fueron noticias ciertas, pero, parciales. La gran noticia que jamás se publicó, era la concertación de fuerzas comunistas para llevar a la Cárcel al presidente Uribe, tumbar al presidente Duque y subir a Petro a la presidencia de la República.
6- Hoy sabemos que el senador comunista, Iván Cepeda, el exmagistrado Barceló y el periodista Coronel, aliados tácitos del castrochavismo, prevalidos de los dictadores Raul, Ortega y Maduro... y éstos a su vez prevalidos del poder de la dupla narcoterrorista, Evo-Soleimani, cometieron en Colombia crímenes atroces, corrompiendo y manipulando testigos y directores de prisiones, dizque para castigar al presidente Uribe. Cuando realmente, los propósitos eran más grandes y siniestros: encarcelar a Uribe, tumbar a Duque y subir a Petro.
7- Hoy es preciso reconocer, valorar y admitir que Duque y Uribe lidiaron con patriotismo, inteligencia y estoicismo, la contraofensiva criminal del castrochavismo y sus aliados en Colombia, Roy, Robledo, Petro, Cepeda… Barceló, Guillén, Coronel… Sin embargo, es preciso reconocer, valorar y admitir también que dos hechos muy gruesos y trascendentales, incidieron de manera favorable para que, el ímpetu del huracán castrochavista redujera su ritmo avasallante sobre Ecuador, Chile y Colombia: la caída de Evo y la muerte de Soleimani.
8- Pese al decaimiento del castrochavismo, al presidente Duque y al presidente Uribe, los esperan un año 2020 bastante duro: carecen de congreso, cortes y prensa, pues, lo que tenemos hoy es comunista. Y Roy, Robledo, Petro y Cepeda…, van a desgañitarse llamando a profesores, estudiantes y sindicatos, a reanudar las marchas y a pedir 104 cosas difusas. Algunos -menos que en 2019- marcharán y muchos no marcharán, puesto que, el huracán que provenía de la poderosa dupla narcoterroista, Evo-Soleimaní, perdió fuerza.