Periodista lava a Santos y ultraja a Uribe.

Periodista lava a Santos y ultraja a Uribe.

1- Colombia le debe mucho al gran empresario CARLOS ARDILA LÜLE. Son millonarios los impuestos que pagan sus empresas y son mil los empleos que generan y son millonarios los salarios que pagan y son mil las familias que comen por cuenta suya. Ojalá el país tuviera 100 empresarios de la talla y visión de CARLOS ARDILA LÜLE. Sin embargo, el pueblo colombiano le ha demostrado su gratitud al señor ARDILA LÜLE, tolerándole el sesgo político a varios de sus periodistas que no ven sino los delitos irreales del presidente Álvaro Uribe Vélez, y no los delitos reales del ex presidente Juan Manuel Santos. 

2- Los periodistas de la izquierda radical, al servicio de empresario CARLOS ARDILA LÜLE, vieron pasar con los brazos cruzados, los mayores crímenes que se han cometido en Colombia: robo de una Presidencia; robo de un plebiscito; financiación de una campaña presidencial con dinero del Foro de Sao Paulo, Odebrecht y narcotráfico global, y lo peor, que Colombia se convirtiera en la amenaza que es hoy  para 1.500 millones de personas en el mundo, para un 20% de la humanidad, al ser el primer país productor de coca y exportador de cocaína.

3- Ese periodismo de la izquierda radical que ha consentido el empresario CARLOS ARDILA LÜLE durante tantos años, y que mucho daño le ha hecho al país, mostrando de manera torticera la realidad política de Colombia, hoy llegó al culmen de la vileza, ruindad y abyección, cuando el aprendiz de periodismo, Luis Carlos Vélez, suspendió una entrevista con el presidente Álvaro Uribe Vélez, porque se negó a escuchar los audios de una conversación con el ex superintendente de sociedades, señor Pablo Felipe Robledo.

4- El periodista es autónomo para preparar la entrevista, para preguntar lo que quiera, para conducir la conversación como le dé la gana, pero, jamás, jamás, jamás…! Puede hacer circo, o actividad llamativa o alborotadora, o show político con el entrevistado, y menos todavía con un ex presidente de la República que representa a 10.3 millones de colombianos, al constreñirlo a oír las peroratas que tienen poco o ningún sabor, a pelear con quien repele, o a decir sátiras envenenadas contra personajes oscuros. El señor Luis Carlos Vélez, nunca estudió en una facultad de periodismo, y si acaso lo hizo, perdió el tiempo y la plata. 

5- El presidente Álvaro Uribe Vélez le dijo al aprendiz de periodismo, señor Luis Carlos Vélez, que él le respondería todas las preguntas que quisiera hacerle, pero que no lo pusiera a oír los audios con las entrevistas del señor Pablo Felipe Robledo, ex superintendente de sociedades, puesto que, quería evitar una refriega con ese señor que fungía como defensor de Juan Manuel Mantos, y además, como calumniador permanente del Centro Democrático y encubridor obediente, rendido y sumiso de los desmadres del gobierno de Santos. Pese a la prudencia y cautela del presidente Uribe, Luis Carlos Vélez, insistía que él necesitaba poner al aire los audios, en vez de decirle abiertamente que él necesitaba casar una riña política, entre el Uribismo y el santismo, para alimentar el morbo de millones, y para gusto y regusto de sus oyentes.

6- El aprendiz de periodismo, Luis Carlos Vélez, si casaba una refriega política entre el presidente Uribe y Pablo Felipe Robledo, podía sacar al aire los runrunes o noticias vagas que corren entre la gente, de que Oscar Iván Zuluaga y Andrés Felipe Arias, recibieron dinero de Odebrecht. Cosas que desde luego, son absolutamente falsas. Si fuera capaz de poner a sonar los nombres de Zuluaga y Arias, sería capaz de contener la avalancha de pruebas que están aflorando en contra de Juan Manuel Santos, de cómo financió su campaña de 2014 con dinero del Foro de Sao Paulo, de la narcopolítica y de Odebrecht. Y es que el periodismo de la izquierda radical que predomina en Colombia, con el consentimiento del empresario CARLOS ARDILA LÜLE, necesita enterrar los crímenes de Santos, porque si éstos se descubren totalmente, su sesgo político y su incompetencia saldrían a la luz pública. 

7- La fiscal Amparo Cerón descubrió que Santos recibió y no anotó en los libros de contabilidad, 1.000.000 de dólares de Odebrech. Según la Ley 996/05 y sus Artículos 16, 17, 18 y 19, Santos tenía que anotar el 1.000.000 de dólares en los libros de la campaña 2014 y no lo hizo. Ese delito contable lo castiga la Ley 222/95 y su Artículo 43, con 6 años de cárcel y prescribe en 2020. Con ese solo delito Juan Manuel Santos se va para la cárcel y el periodismo de la izquierda radical que encarna el aprendiz Luis Carlos Vélez, quedaría con su prestigio convertido en polvo, pues, ese delito es más grave que el derivado del robo de unos documentos de otra campaña electoral, caso Watergate que tumbó a Nixon. Es entendible, pues, el desespero de Luis Carlos Vélez, al constreñir al presidente Uribe a oír unos audios calumniosos, y al constreñir al presidente Uribe a conceder una entrevista conforme a la defensa que, el aprendiz de periodismo quería hacerle al ex presidente Juan Manuel Santos.

8- Necesito que el señor ex presidente Uribe -le dijo al presidente Uribe, Luis Carlos Vélez-, me dé los medios para contextualizar esta entrevista, escuchando los audios de la conversación con el doctor Robledo, pues, mis oyentes están esperando ver el circo y escuchar el show político que les he preparado. Sin que usted oiga y contradiga las diatribas, denuestos e injurias que contienen esos audios, esta entrevista queda incompleta. Y cuando yo me comprometo a limpiar la hoja de vida de un ex presidente, cumplo y la entrego lavada. Además, nunca le he permitido a ningún entrevistado poner condiciones. Esas siempre las pongo yo. Y señor ex presidente Uribe: usted me dice que responde todas las preguntas, pero, me pone como condición no oír los audios… Señor ex presidente Uribe: cuando usted decida oír, hacer y decir lo que yo he programado para la entrevista, volvemos a conversar… Y para defender a Santos condenando al presidente Duque y a Oscar Iván Zuluaga y a Andrés Felipe Arias, Luis Carlos Vélez, ultrajó al líder político más importante de Latinoamérica y a 10.3 millones de colombianos.