Procede un acto de arrepentimiento colectivo para revocar el acuerdo de paz, la JEP y todo lo que se hizo mal.
Procede un acto de arrepentimiento colectivo para revocar lo mal hecho y construir un acuerdo Nacional de paz.
1-Colombia necesita un acto de contrición colectivo, puesto que, unos cometieron los crímenes y otros consintieron esos crímenes. Todos entonces deben arrepentirse. Todo comenzó cuando Enrique Santos Calderón le ofreció a las Farc perdonar sus crímenes de narcotráfico derivados de un concierto para delinquir. Si esos crímenes eran derivados de un concierto para delinquir debían ser investigados, juzgados y condenados mediante un concierto judicial, competente para condenar o perdonar. En este caso, concierto entre Colombia y los Estados Unidos. Pero Colombia, de manera unilateral, perdonó el delito de narcotráfico y dejó las puertas abiertas para que la justicia gringa entrara por las Farc.
2- Ahí comenzaron los desacuerdos entre el Centro Democrático y la izquierda radical, pues, al criticársele ese hecho, respondió contrariada que el Centro Democrático era enemigo de la paz y amigo de la guerra. Luego, Juan Manuel Santos, desechando la condición de narcos que tenían los hombres de las Farc, les otorgó estatus de guerrilleros políticos, cuando el comunismo había sido abolido en Rusia en 1989, y Fidel Castro y Lula da Silva habían fracaso en su pretensión de resucitarlo e implantarlo en Iberoamérica. Después de avanzar las negociaciones entre el gobierno de Santos y el narcotráfico, resolvieron vincular a las conversaciones de la Habana, al comunista Enrique Santiago y al amigo de los narcotraficantes, Álvaro Leyva.
3- Enrique Santiago y Álvaro Leyva… Escribieron el acuerdo ilegítimo de paz Santos Timochenko. Ilegítimo porque Juan Manuel Santos era un presidente ilegítimo, puesto que, asociado con Montealegre y Echandía, y prevalido del hacker Sepúlveda, le había robado la presidencia -2014- a Oscar Iván Zuluaga. Ilegítimo porque Timochenko, en vez de ser el jefe de un grupo guerrillero que luchaba por el pueblo, era apenas el jefe de un grupo de 7.000 exguerrilleros comunistas que habían mutado a narcotraficantes globales, antes de que el comunismo se acabase en 1989. Álvaro Uribe Vélez y el Centro Democrático se opusieron a estas barbaridades y fueron estigmatizados por ser enemigos de la paz y amigos de la guerra.
4- El acuerdo de paz ilegítimo fue puesto a consideración del pueblo, preguntándole si apoyaba o rechazaba el acuerdo y el pueblo respondió por medio del plebiscito que NO lo apoyaba. Juan Manuel Santos, el Congreso y la Corte Constitucional, se concertaron contra el NO autónomo del pueblo, desconocieron su triunfo inequívoco, se burlaron del mandato político del constituyente primario, echaron a la caneca de la basura su decisión soberana, y le insertaron el acuerdo ilegítimo derivado de nada, y, además, rechazado, a la Constitución del 91. Y para redondear la faena, los narcotraficantes, con el permiso de Santos y la izquierda radical, crearon la JEP, su propio tribunal de justicia, con magistrados comunistas, elegidos por 3 comunistas extranjeros y 2 colombianos.
5- Los narcotraficantes y no los guerrilleros comunistas, apoyados y protegidos por la promesa de perdón de Enrique Santos, apoyados en su condición de guerrilleros falsos, en el acuerdo de paz insertado en la Constitución del 91, en las curules regaladas en el congreso, en la prohibición de fumigar, extinguir y extraditar, en su partido político…, y sabedores de que el congreso, la JEP, el Consejo de Estado, la CSJ y la Corte Constitucional, los respaldaban y protegían, incrementaron las hectáreas sembradas de coca hasta llegar a 250.000 y la cocaína, hasta alcanzar 1.500 toneladas. A sabiendas igualmente que la contrapartida de estos incrementos, es la desgracia de 315 millones de drogadictos y de 250.000 drogadictos muertos anualmente por sobredosis.
6- La alianza izquierda radical y narcotráfico global, y el acuerdo de paz derivado de nada insertado en la Constitución, impiden que el presidente Duque gobierne en Colombia a los colombianos con fluidez o con facilidad y soltura. La alianza izquierda radical y narcotráfico global, pretende que el presidente Duque sancione la Ley-JEP que perpetúa la JEP, es decir, que perpetúa el narcotráfico, al impedir la fumigación, la extinción de dominio y la extradición. La alianza izquierda radical y narcotráfico global, pretende que el presidente Duque, con las manos amarradas, avale las decisiones sesgadas, políticas y equivocadas del Congreso, El Consejo de Estado, la CSJ, la Corte Constitucional y la JEP. Si el presidente Iván Duque decide transigir con las irresponsabilidades de la alianza izquierda radical y narcotráfico, Colombia ipso facto queda convertida en un narco Estado.
7- Obvio que el presidente Duque no puede convertir en Colombia a los colombianos en narco Estado; obvio que la alianza izquierda radical y narcotráfico, va a presionar al presidente Duque para que firme la Ley-JEP; obvio que los EEUU van a manifestar su desacuerdo con la alianza izquierda radical y narcotráfico global; obvio que los EEUU le van a exigir al presidente Iván Duque responder por la corresponsabilidad penal que le cabe en Colombia a los colombianos por la desgracia de 315 millones de drogadictos y por la muerte anual de 250.000 drogadictos. Obvio que frente a este lío colosal, el Congreso va a proponer una ley interpretativa y otras cosas menores. Opciones que son paños de agua tibia o remiendos inútiles. Si Colombia se equivocó como se equivocó, lo que procede es un acto de arrepentimiento colectivo para revocar el acuerdo, la JEP y todo lo que se hizo mal, y construir entre todos un acuerdo Nacional de paz que involucre a la democracia liberal, a la izquierda radical y al narcot
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