79 congresistas de los EEUU y el New York Times víctimas del superávit narrativo del comunismo y del déficit narrativo del capitalismo en Colombia.

01- The New York Times: “Cuando el gobierno de Colombia firmó el acuerdo de paz en 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), una guerrilla de inspiración marxista, parecía un milagro poder finalizar el conflicto de medio siglo que mató al menos a 220.000 personas…”  El The New York Times bastante despistado dice que fue casi milagroso poder finalizar un conflicto de medio siglo que mató a 220.000 personas. Sin embargo, no dice que el conflicto sólo quedó apenas medio finalizado, puesto que, hay 3.748 guerrilleros o narcotraficantes activos; 2.296 en el monte y armados y 1.452 camuflados en los centros urbanos. Tampoco dice el periódico que la desmovilización parcial de guerrilleros se hizo a costa de perdonar el delito de narcotráfico hasta diciembre de 2016, de no hacer extinción de dominio, no fumigar con Glifosato y no extraditar. Todo lo cual ha propendido a elevar la coca a 250.000 hectáreas, la cocaína a 1.500 toneladas, los drogadictos del mundo a 315 millones y las muertes anuales por sobredosis a 250.000. El periódico Tampoco contrasta los 220.000 muertos en medio siglo, con los 2.250.000 muertos por sobredosis en 9 años. El escrito parece escrito por Iván Cepeda.

2- The New York Times: “El expresidente Juan Manuel Santos recibió un Premio Nobel de la Paz por negociar el complejo acuerdo con las Farc. Sin embargo, desde antes de que se firmara muchos ya se oponían al pacto, furiosos ante la perspectiva de que rebeldes o militares fueran a quedar impunes…” Ahora, casi tres años después, el país es liderado por políticos que se opusieron al acuerdo y la paz pareciera estar en crisis…” El NYT dice que Santos recibió el Nobel de la Paz como premio ganado en la negociación del complejo acuerdo con las Farc; no; recibió el Nobel de la Paz porque desmovilizó parcialmente a unos guerrilleros, pero, estafó al mundo vendiéndole el acuerdo de paz con las Farc, como un acontecimiento que acababa con el conflicto colombiano y consolidaba la paz, pues, Santos siempre dijo: “firmamos con las Farc y alcanzamos la paz”. El NYT sumamente despistado se abstiene de mencionar que muchos se oponían a tal acuerdo porque éste había sido redactado por abogados comunistas y pretendían reemplazar con él la constitución del 91. El NYT periódico de la izquierda radical emparentado con Semana y el Espectador, y hermano siamés del L'Humanité, deja entrever que Duque y Uribe son los culpables de la crisis del proceso de paz. Pero el NYT no lo dice ahora ni lo dirá jamás que la izquierda radical colombiana hizo mal el proceso de paz, pero, le achacará siempre la culpa al presidente Uribe.

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3- NYT: “El presidente actual, Iván Duque, y sus aliados en la derecha han saboteado parte del progreso pacífico del pacto, que establecía que el gobierno debía trabajar con los rebeldes para promover la sustitución de cultivos de coca…” Qué irresponsable y despistado el NYT. Que Iván Duque y Uribe y el Centro Democrático han saboteado el proceso de paz. El proceso de paz o mejor todavía, la desmovilización parcial de guerrilleros, la ha saboteado la izquierda radical, creando las condiciones para que la paz sea una quimera y la guerra una realidad: se opone a reformar el acuerdo y la JEP; creo la JEP para complacer a las Farc; 5 comunistas, 2 colombianos y 3 extranjeros, eligieron a los magistrados comunistas de la JEP; las tareas asignadas a la JEP es estar perdonando los crímenes cometidos por las Farc y convirtiendo en delitos políticos las bajas generadas en los combates entre el Ejército y las Farc…; se opone a la extinción de dominio, a la fumigación con Glifosato y a la extradición, y con esas decisiones ha elevado la coca a 250.000 hectáreas, la cocaína a 1.500 toneladas, los drogadictos del mundo a 315 millones y las muertes anuales por sobredosis a 250.000. Por culpa de la izquierda radical, congreso, fiscalía, juzgados y cortes, los narcos colombianos amenazan a 1.500 millones de personas en el mundo, esto es, al 19.87% de la población mundial. ¿De veras cree el NYT que los narcos colombianos, por las buenas, van a abandonar una empresa criminal y global que mueve 750.000 millones de dólares al año? 

4- Está tan inclinado hacia la izquierda radical el NYT que llama proceso de paz -Santos Timochenko-, un proceso de desmovilización parcial de guerrilleros; tanto que ni siquiera menciona los atentados contra la paz de Colombia, cometidos por el expresidente Juan Manuel Santos: 1) el robo de la presidencia de la República a Oscar Iván Zuluaga en 2014, con la ayuda del exfiscal Eduardo Montealegre; 2) el robo del triunfo del plebiscito que le preguntó al pueblo si apoyaba o rechazaba el acuerdo de paz Santos-Timochenko y el pueblo respondió que no apoyaba ese acuerdo; 3) la implementación del acuerdo de paz Santos-Timochenko, rechazado por el pueblo y sin tocar mínimamente las estructuras del narcotráfico global, siendo el narcotráfico global el primer enemigo de la paz de Colombia; 4) la creación de la JEP para tranquilizar a las Farc garantizándoles total y absoluta impunidad y, sobre todo, total y absoluta seguridad de que sus enemigos naturales, las FFAA, serían investigadas, juzgadas y condenadas por el delito atroz de haberlas repelido durante 71 años; 5) el blindaje total y absoluto de la JEP, metiéndola a la constitución del 91, de tal manera que ni el congreso, ni el ejecutivo, ni la fiscalía, ni las cortes, pudiesen interferir su ejercicio de perdonar a las Farc y condenar a las FFAA. ¿Qué tal el contrasentido colosal en que incurre del NYT? El presidente Uribe y el Centro Democrático que se han opuesto a esas barbaridades son los saboteadores de la paz. ¿Qué tal?

5-Parece que los enemigos de la paz en Colombia, Juan Manuel Santos y Alberto José Mejía, encabezan el concierto de la izquierda radical mundial contra el gobierno del presidente Iván Duque y las FFAA: primero sale en el NYT una narración periodística y avinagrada que parece escrita por Iván Cepeda; luego aparece el editorial del NYT, plagado sorpresivamente de imprecisiones venenosas, como si hubiera sido escrito por Gustavo Petro; después surge una carta de 79 congresistas -como redactada en Bogotá- proclives a la izquierda radical, dirigida a Mike Pompeo, solicitando que interceda para que el presidente Duque implemente el acuerdo de paz Santos-Timochenko que perdona el delito de narcotráfico y propende a incrementar la cocaína que llega a los EEUU, perpetuando la JEP y prohibiendo la fumigación con Glifosato y la extradición; posteriormente visitan la tarima del concierto, Soros y uno de sus colaboradores más cercanos: el expresidente Santos. La mayoría de los 79 congresistas no saben en qué lío se metieron, pues, no hablan español, ni saben que la República de Colombia es la mamá del cartel traficante de drogas más grandes y poderosos del mundo; que tiene 250.000 hectáreas sembradas de coca; que produce 1.500 toneladas de cocaína; que es corresponsable de que el mundo tenga 315 millones de drogadictos y que está incursa en una corresponsabilidad penal por la muerte anual de 250.000 drogadictos. 

6- Absurdo: 79 congresistas de los EEUU, despistados totalmente, instan a Pompeo a que obligue al presidente Duque a consolidar un narco Estado y a quedar a la merced del narcotráfico global: implementar corriendo el acuerdo de paz, fortalecer la JEP, evitar los asesinatos de líderes sociales y suprimir la fumigación con Glifosato… No queremos decirle al presidente Duque que debe hacer, sin embargo, vamos a expresar algunas opiniones: 1) aunque el presidente Duque corriendo quiera implementar el acuerdo de paz, no puede hacerlo porque le falta dinero -los billones de pesos que valen-, pues, Santos dejó sobregirada la tesorería, sobreendeudado el Estado y lánguido el sector productivo generador de impuestos; 2) fortalecer la JEP supone reconocer que está por encima de los acuerdos internacionales que obligan en Colombia a los colombianos, del congreso, el gobierno, la fiscalía y las cortes. Supone que es la última instancia judicial y de que puede hasta legislar a favor de los narcotraficantes y en contra de las FFAA. En suma: que su poder, derivado de la constitución del 91, es omnímodo; 3) el Gobierno defiende a todos los colombianos, pero, en ocasiones no logra salvar a los líderes sociales porque quedan atrapados entre los fuegos cruzados de los narcotraficantes; 4) suprimir la fumigación con Glifosato supone aumentar la coca a 500.000 hectáreas, la cocaína a 3.000 toneladas, los drogadictos del mundo a 630 millones y las muertes anuales por sobredosis a 500.000. Es absurdo que 79 congresistas gringos pretendan obligar al presidente Duque a cometer semejante barbaridad.

7- La Procuraduría de Colombia, el New York Times y los 79 congresistas de los EEUU, instigados por algunos políticos de la izquierda radical de Colombia e Iberoamérica, pretenden obligar al presidente Duque a no reformar los acuerdos con las Farc, a implementar esos acuerdos endeudando el país en billones de dólares, a no reformar la JEP, no fumigar con Glifosato, no hacer extinción de dominio, no extraditar a los narcos, separar del Ejército a los Generales que están combatiendo el narcotráfico y humillar al Ejército para que se quede quieto mientras el narcotráfico se toma el país…, si el presidente Duque acogiera esas directrices, cosa que con seguridad no va a hacer, Colombia quedaría convertida en la Nación más odiada, temida y peligrosa del mundo, pues, aparecería como la amenaza para 3.000 millones de personas, esto es, el 39.74% de la humanidad. Hoy Colombia tiene 250.000h de coca y mañana tendrá 500.000; hoy exporta 1.500t de cocaína y mañana exportará 3.000; hoy es corresponsable de 315 millones de drogadictos y mañana de 630 millones; hoy es corresponsable penalmente de 250.000 muertes anuales por sobredosis y maña de 500.000; hoy los padres que sufren la drogadicción de sus hijos suman 630 millones y mañana sumarán 1.260 millones; hoy los hermanos, esposas, esposos e hijos de los drogadictos suman 555 millones, mañana sumarán 1.110 millones; hoy las víctimas totales de narcotráfico son 1.500 millones y mañana sumarán 3.000 millones. 

8- Hoy Colombia tiene 250.000h de coca y mañana 500.000; hoy exporta 1.500t de cocaína y mañana 3.000; hoy es corresponsable de 315 millones de drogadictos y mañana de 630; hoy es corresponsable de 250.000 muertes anuales por sobredosis y maña de 500.000; hoy los padres que sufren la drogadicción de sus hijos suman 630 millones y mañana 1.260; hoy los hermanos, esposas, esposos e hijos de los drogadictos suman 555 millones, mañana sumarán 1.110; hoy las víctimas totales de narcotráfico son 1.500 millones y mañana 3.000. Los políticos y periodistas de la izquierda radical van a decir que esas no son las cifras. Las cifras pueden ser distintas, pero, el contexto, desafortunadamente, es lo mismo. Surge entonces la pregunta del millón: ¿Por qué el New York Times y 79 congresistas de los EEUU, pretenden con sus cuestionamientos, críticas, exigencias y directrices, absurdas y disparatadas, convertir a Colombia en propiedad del narcotráfico global y del crimen organizado del mundo? Porque sólo tienen la información que la izquierda radical les provee: Juan Manuel Santos,  Humberto de la Calle, Alberto José Mejía, Roy Barreras, Gustavo Petro, Iván Cepeda, Jorge Enrique Robledo, Fernando Carrillo, Yamid Amat, Julio Sánchez, Ramiro Bejarano, Darío Arizmendi, Cecilia Orozco, María Jimena Duzan, Daniel Coronel, El Espectador, Caracol y Semana… Porque la realidad política, social y económica de Colombia es únicamente narrada por la izquierda radical… Porque hay superávit de narrativa comunista y déficit de narrativa capitalista.