Gerardo Jurado Ciro
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@Gjuradociro
1- Los hechos son los hechos y los hechos son tozudos: según Yanhaas, sólo el 19% del pueblo colombiano aprueba la implementación del acuerdo de paz, Santos-Timochenko, mientras el 76% lo desaprueba. Conviene recordar de que el acuerdo fue rechazado. El 19% que lo aprueba, se parece un poco al 14% que aprueba la gestión de Santos. Y el 76% que lo desaprueba, se parece un poco al 80% que desaprueba la gestión de Santos. Los datos de este análisis nos indican de que la encuesta de Yanhaas es creíble porque está bien hecha.
2- El único candidato a la Presidencia, cuya conducta guarda correspondencia lógica con estos hechos que nos revela Yanhaas, es Iván Duque, pues, está consciente de que un 19% de aprobación del acuerdo de paz, Santos-Timochenko, no se corresponde con el mandato político que le dio el pueblo a Juan Manuel Santos, cuando rechazó el acuerdo con un NO, incontrovertible, rotundo y categórico. Ese 76% que desaprueba el acuerdo, le está diciendo a los candidatos a la Presidencia, de que, cómo mínimo, deben reformar el acuerdo.
3- El 76% del pueblo colombiano que desaprueba el acuerdo de paz, Santos-Timochenko, y que por lo tanto, siente, piensa y obra con conocimiento de sus actos y de su repercusión, reprueba y juzga malo e inconveniente de que el Congreso, el Presidente y las Cortes, implementen un acuerdo rechazado por el pueblo, pues, en el futuro, Congreso, Ejecutivo y Justicia, estarían expuestos a las reprimendas, broncas y regañinas, por legislar, gobernar y administrar justicia, contraviniendo la voluntad soberana del pueblo. Contra el pueblo no se puede gobernar. El nuevo acuerdo refrendado por el pueblo que jamás presentó Santos, lo tiene que presentar el nuevo Presidente, o Colombia nunca tendrá paz.
4- Las reprensiones, regaños, sermones y rapapolvos, de los partidos comunistas miembros del Foro de Sao Paulo, y de sus líderes en Colombia, Petro, Claudia, Robledo... dichos contra Álvaro Uribe Vélez, Iván Duque y Centro Democrático, se están estrellando contra las rocas ígneas y metamórficas que están representadas en el 76% que desaprueba la implementación del acuerdo de paz, Santos-Timochenko. Del mismo modo, los discursos o escritos violentos e injuriosos contra la democracia liberal y sus líderes, están siendo repelidos por ese 76% que decidió salvar en Colombia a los colombianos del Petrocomunismo.
5- La prensa del centro izquierdo, El Espectador y Semana, y sus columnistas, Cecilia Orozco, Ramiro Bejarano, Jorge Pinilla, Daniel Coronel, María Jimena Duzán y Antonio Caballero…, cuentan con el reconocimiento del 14% que aprueba a Santos, pero, con la reprobación unánime del 76% que desaprueba el acuerdo. Se metieron dentro de la trinchera construida con socialismo del siglo XX1, leninismo de 1917, castrochavismo y petrocomunismo, para desde allí, y mientras el país se caía a pedazos, disparar torpedos envenenados contra el Presidente Uribe.
6- Pese a que varios elefantes han asomado sus cabezotas por entre las rendijas de los medios, y los resquicios de sus columnistas del centro izquierdo, y los daños de sus omisiones —omitieron revelar las noticias y las opiniones más grandes e importantes— deliberadas son demasiado graves, tanto que las noticias grandes han llegado al país por medio del periodismo internacional, Ivan Duque será capaz de capear el temporal que le dejan el Congreso, el Ejecutivo, la Justicia, las FFAA y la prensa Nacional, pues, todos fueron ineficientes y todos hicieron mal la tarea. El país se les desbarató en sus manos y no se dieron por enterados.
7- No hay ningún elefante niño, entre esa manada de elefantes que le van a entregar a Ivan Duque. Sin embargo, él será capaz de lidiarlos: congestión en las Cortes; financiación de las campañas de Santos con dinero de Odebrecht; financiación de la paz con dinero del narcotráfico; el robo de la Presidencia a OIZ; el robo del plebiscito; la refrendación del acuerdo rechazado; la paz mal hecha; el narco Estado...; el crecimiento del narcotráfico; la nueva guerra entre las farc, epl, eln, bracrím...; endeudamiento impagable; crecimiento económico de 1.8%; contingencias derivadas del narcotráfico global que ponen en peligro al Congreso, Presidencia y Cortes; posibles capturas ordenas por los EEUU; y lo peor: la corresponsabilidad penal de Colombia en 250.000 muertes anuales de drogadictos por sobredosis.
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