El alcalde Monroy. Cuento de Gerardo Jurado Ciro

Gerardo Jurado Ciro

gerardojurado2017@gmail.com

@Gjuradociro

---Alcalde Monroy: le habla Feliciano Andres de la triple X ---así se identificó el periodista—. Quiero que les explique a los oyentes los orígenes de esa inconformidad del pueblo que afecta, no sólo a su despacho, sino a toda su administración. Respóndanos Alcalde: ¿Por qué aparece retratado con los terroristas? ¿Por qué estudio con ellos? ¿Por qué hizo parte de su equipo de fútbol? ¿Por qué iban juntos a los mismos actos públicos y se sentaban en la misma banca? ¿Por qué usted y los terroristas repelen la carne de gallina?

---Señor periodista ---respondió el Alcalde visiblemente asustado, pues, parecía un ratón huyendo del gato---. Voy a responder bajo las siguientes condiciones: una) que ustedes no ejerzan de procuradores, fiscales y jueces, como lo hacen cuando los congresistas deciden tomarse un puente; dos) que no me enseñen a administrar el municipio; tres) que se abstengan de darme lecciones de moral; cuatro) que no me sermoneen ni hagan circo con mi baja estatura; cinco) que no me pidan borrar mis equivocaciones; y seis) si no presumen que soy inocente, tampoco presuman que soy culpable. Le estoy pidiendo esto porque en una vida pasada, en l.482, por una orden del inquisidor Tomás de Torquemada, me asaron en la hoguera sin haber sido judío ni falso converso. Desde entonces yo me siento atemorizado por la candela y los inquisidores.

---Aceptamos sus condiciones, Alcalde Monroy.

—-Gracias. Entonces, señor periodista, le contesto: aparecemos juntos en las fotografías porque nos bautizaron al mismo tiempo, en la misma iglesia y con los mismos padrinos; estudiamos juntos porque no había sino una escuela; nos obligaban a pertenecer al mismo equipo de fútbol porque la familia desde entonces tenía que ganar; tenemos la misma raíz familiar porque su mamá y mi mamá eran hermanas; somos de la misma edad y como tal compartíamos juguetes y tomábamos tetero juntos; peleamos porque me quitaban el biberón y me pegaban pelotazos y se comían todos los dulces de chocolate; nos sentaban en la misma banca para que nadie nos fuera a secuestrar; y repelemos la carne de gallina porque nos levantaron con cabezas de bagre, que le proveen al cuerpo dosis de calcio, hierro y otros alimentos necesarios a la hora de responder un llamado galante.

---También debe ser un Alcalde miedoso.

--- ¡Todos lo son! 

--- ¡Hazle una pregunta que lo trille! 

---Por las respuestas que me acaba de dar deduzco que usted es un fraude, puesto que, fue elegido con los votos de su pueblo y no puso a sus electores al tanto de su turbio origen. Señor Alcalde, cuando el pasado es oscuro produce sospechas, y por sólo sospechas puede perder la libertad; por meras sospechas muchos de sus colegas están en la cárcel.

---Déjeme señor periodista hacer un primer comentario; basado éste en una máxima de San Ambrosio: “El que pregunta con mala intención no merece conocer la verdad”. Y usted me está preguntando con mala intención. 

—Le estoy preguntando con sana intención. Alcalde Monroy, por favor respóndame: ¿es verdad que usted fue elegido con votos de ciudadanos afectos a los terroristas? ¿Es cierto que dentro del presupuesto del municipio, aparecen sumas destinadas a pagar servicios de limpieza social? ¿Es verdad que el Secretario de gobierno sube al monte cada semana, a llevar alimentos y drogas para los terroristas? ¿Es cierto que por los empresarios de esa región está financiada la guerra?  

—Decir de que no obtuve votos de los terroristas, es mentir; el cedazo que separe los sufragios limpios de los ciudadanos honorables, de los sufragios sucios de los terroristas, no se ha inventado todavía. Ambos usan la misma mulera y el mismo carriel. Es como pretender sacarle al riachuelo el musgo que se le va agregando por el camino. Sobre la limpieza social le aseguro de que no tenemos vocación de ejercer un gobierno asesino. Sobre los viajes de fin de semana, éstos tienen el propósito de vacunar a los niños, entregar computadores en las escuelas y conocer las necesidades de los campesinos. Pues, aquí imitamos a Enrique IV: "Quiero que todos los domingos todo labrador tenga una gallina en el puchero". Sobre la financiación de la guerra por parte de los empresarios, nada le puedo responder, porque nada conozco acerca de este particular.

---Me tiene sorprendido…

---Acuérdate Feliciano que esos líderes de corta estatura tienen el cuero duro y la sangre fría como los cocodrilos: Uribe; los dos Lleras; Truman; Bolivar; Hitler; Napoleon…   

—Continúe por favor, Alcalde Monroy: 

—Señor periodista: en el interior de la guerra coexisten el miedo y la codicia. El miedo es un sentimiento por algo que creemos nos podría hacer daño. Provocado por un peligro real o supuesto, presente o futuro. Es una emoción primaria derivada de la aversión al riesgo o a la amenaza. Por su parte la codicia es un pecado ramificado: deslealtad, traición, estafa, engaños y manipulación. Si los empresarios financian la guerra es porque son obligados por los terroristas y no de manera voluntaria. Porque los terroristas no solicitan, sino que toman por la fuerza. Rentabilizando el miedo de la gente arrebatan. Saben que mientras más miedo produzcan en la psique de sus víctimas, mayor contribución obtienen. No obstante, el miedo es apenas la mitad del drama, la otra mitad del drama reside en la codicia; pasión por la riqueza y el poder que siempre corrompe el corazón. Cuando el miedo es extremo y la codicia excesiva, es cuando mejor arde la guerra. Sin embargo, no hay ganadores ni perdedores. Pues, se enfrentan los miedosos y los codiciosos en un conflicto laberíntico de donde nadie sale. Porque los miedosos van quedando con sus hogares desolados y los codiciosos van quedando ahorcados por la soga de sus propios crímenes.

---Alcalde Monroy ---le preguntó Jota de las Casas, sin esconder su propósito de sacarle hasta la médula---. ¿Usted es sincero con nosotros, nos  está diciendo lo que piensa?

---No señor.

—Alcalde: aceptamos de que no nos diga lo que piensa. ¿Por qué no nos dice la verdad? —le preguntó, saliéndose de sus casillas y haciendo un primer buche con la acidez incipiente que empezaba a ahogarlo.

—Antes de responderle, déjeme hacer un comentario más: George Eliot nos enseña: "Examinad bien vuestras palabras y encontraréis que aun cuando no tenéis ningún motivo para ser falsos, es muy difícil decir la verdad". La verdad sobre esta tragedia colombiana no es capaz de contarla nadie, aunque, para hacerlo, se eleve hasta su más remoto origen: A partir del huevo o desde el origen más remoto. El primer terrorista salió del bogotazo, y el segundo de la barbarie del primero. El terrorista del bogotazo sacó sus garras cuando aborto la amnistía de los años sesenta; a ese período podría aplicársele el pasaje de Eneida: "reconozco las huellas de una antigua llama". Se dice de las heridas que siguen sangrando. En ese tiempo un grupo de campesinos se defendía de la violencia roja y azul, cuando un Juez hizo comparecer al líder a su despacho para mandarlo después a la cárcel; dieciocho campesinos, por miedo y venganza, se devolvieron para el monte, descolgaron las escopetas y se le enfrentaron a las FFAA. Y valoren el conflicto que crearon, la decisión torpe de un juez y el miedo extremo de un labriego. Al presuntuoso que intente contar la verdad le podría ocurrir lo que le sucedió a los tres ciegos.

--- ¿Qué le pasó a los tres ciegos? 

—Lo siguiente, señor periodista: tres ciegos iban caminando por un sendero y con el apoyo de su bordón. Y justo en la mitad del camino se encontraba el cuerpo de un elefante que había muerto. El primer ciego pisó la punta de su cola; el segundo tocó con su bastón una de sus orejas; y el tercero le rozó con una de sus manos una rodilla. Los tres tocaron una parte mínima del elefante. Sin embargo, cuando llegaron a su destino dijeron que habían pisado un elefante. Ninguno lo hizo en realidad. Cada uno tocó una porción mínima de su cuerpo. Aunque ninguno mintió, ninguno dijo la verdad. Cada ciego expresó su verdad particular que sumadas, sin embargo, no totalizaron la verdad completa.

---Eso, ¿qué relación tiene con la pregunta? ---Le dijo, Jota de las Casas, mientras botaba en un segundo buche, toda la acidez que le estaba rompiendo el esófago. 

---Que aunque le cuente mi verdad particular, no seré capaz de decirle toda la verdad. Pues, ésta encadena imágenes, pensamientos, sentimientos y emociones imposibles de articular. Además, abarca honestidad, buena fe, sinceridad y compatibilidad de las cosas que se afirman con las realidades que se expresan. Mis primos y yo tenemos la misma edad y venimos de una misma cuna, pero no poseemos la misma moral, ni la misma sensibilidad; incluso no lloramos por las mismas cosas. 

—No se detenga, alcalde.

—Mis primos lloran porque perdieron un cargamento de cocaína. Yo en cambio lloro porque perdí a mi esposa y a mis hijos; nuestros sentimientos sobre la propiedad privada no son concordantes. Ellos creen que pueden apropiarse de todos los territorios que son compatibles con sus gustos. Yo creo que debemos respetar a sus legítimos dueños. Ellos se fueron y aserraron labriegos y quemaron pueblitos enteros, yo me quedé cuidando a mi madre; llevaron minas quiebra patas, fusiles y sierras, yo apenas me llevé el billetero para guardar la mitad del sueldo, pues, la otra mitad de mi sueldo me la quitan ellos; han barrido poblaciones enteras, yo en cambio sólo he limpiado mi casa; pero podría ser capturado por ser su primo y haberme criado con ellos.

—-Ya vamos terminando, alcalde.

—-Los togados aplican el código penal al revés; basta la mentira de un testigo falso para que a los buenos nos manden para la cárcel; ser bueno es malo y da cárcel; ser malo es bueno y da la calle. Cuando ciudadanos honorables son capturados por culpas supuestas y sus hijos que son de mejor familia heredan las mismas culpas, y se ciernen sobre ellos las mismas capturas, instigadas por los mismos testigos, sólo procede esperar la Justicia Divina, porque la justicia de los hombres se extravió en un laberinto de pasiones de partido político.

--- ¡Se nos creció el puto  enano!

--- ¿Es enano?

---Sí, es diminuto. ¡Hace poco lo mostraron por televisión! 

---Pero usted alcalde Monroy, tiene acceso a la reparación. 

—Los 20 millones de pesos que nos prometieron en las oficinas del ministro Cristo y que no han llegado, no resarcen lo que he perdido. Esos 20 millones sólo harán parte de los 114 billones que arruinarán al Estado. Dar limosnas por 114 billones es un error económico, fiscal y social que sólo se le ocurre al Partido de los Pobres. Según ese Partido todos los que fuimos desplazados podríamos quedar convertidos en Cristus. Pues, seríamos crucificados por las próximas generaciones, porque como sanguijuelas y garrapatas, nos chupamos toda su sangre y todo su porvenir.

---“Las estamos pasando putas durante esta entrevista”.

---Siga Alcalde, por favor. 

---El alma no me la pueden reparar; pueden zurcir mi hacienda, pero no curar mis dolores; pueden suturar las trochas y los caminos, pero no cicatrizar las heridas que llevo en el corazón; pueden devolver la casa y los ahorros; no a mi esposa e hijos. La sucesión de agujetas que me acosa, me seguirá hasta la muerte; soy capaz de sumar los ramalazos, pero incapaz de dividir esta pena; esta expiación, pese a ser injusta, no es endosable. Las miradas de pánico de mis niños, pidiendo que no los mataran, me persiguen a donde voy; es un peso descomunal que me agobia y con nadie puedo compartir. Los abogados penalistas intentarán controvertir los cargos que los testigos falsos han inventado contra mí; pero, no podrán apagar el fuego que lacera mi corta humanidad.

---Alcalde Monroy: ¿Usted cuánto mide?

---Señor periodista: lo mínimo… como para que un cabezazo mío sea mortal. ---Risas.

---Alcalde: ¿Usted nos aceptaría una invitación a almorzar?

---Sí. Pero con varias condiciones. Que inviten a los tres pedacitos de Cielo que hay sobre la tierra: a Paloma y a las sobrinas de la Duquesa de Alba. Con Paloma me gustaría sostener una sesión de parnasianismo, simbolismo francés y modernismo; y con Eva y Montserrat quisiera una sesión de preguntas sobre el amor entre sociedades nórdicas y orientales. Con Paloma aprendo viéndola cómo trilla a sus contradictores con argumentos contundentes; y con Eva y Montserrat siempre me regocijo oyéndoles su voz de terciopelo; herencia quizá del cruce añoso de razas nórdicas de Europa y orientales de los moros.

---Alcalde Monroy: se dice que usted suele enfadarse con las señoras cuando se exceden en sus pedidos; ¿Eso es verdad?

---Le respondo con las palabras de Canovas del Castillo: "No suelo enfadarme con las señoras por lo que me piden, sino por lo que me niegan”.

---Alcalde: Feliciano Andres, se está arrepintiendo.

---Él no es vulnerable; lo he visto por televisión y es demasiado alto. ---Risas.

--- ¿Y Jota de las Casas?

---Con él, el vulnerable sería yo. Los Concejales de Valleazul suelen decir que la cabezada de un periodista de cabeza brillante, ¡es mortal! ---Risas