Gerardo Jurado Ciro
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1- Nadie niega hoy de que Gustavo Petro es el lider comunista más importante en Colombia. Tampoco nadie niega de que Petro es un revolucionario vengativo, en vez de un reformador inofensivo. Del mimo modo nadie niega de que sus paradigmas son Fidel Castro y Hugo Chavez… Tan importante es Petro como líder político que incluso podría llegar a la Presidencia. Por eso resulta imperativo de que el país conozca quien es realmente Petro políticamente. De esa manera sus millones de seguidores podrían votar conscientes, en vez de inconscientes, irresponsables y descuidados. Entonces debemos colocar el estetoscopio político sobre el pecho de Petro y auscultar si es populista inofensivo o comunista vengativo. El estetoscopio fino de Eduardo Mackenzie nos dice que es comunista: “Decir que Petro es un “populista” es hacerle un favor enorme, es hacer invisible su acción política real. Señalar que el gran peligro que corre Colombia es que le abramos las puertas al “populismo” es desvanecer un hecho central: quienes han intentado durante más de 60 años destruir la democracia, la paz, el capitalismo y las libertades en Colombia, son los comunistas, no los “populistas”. El PCC, las Farc, el Eln, el M-19 y las otras bandas subversivas no son ni han sido populistas. El comunismo es un sistema de gobierno y de acción política muy preciso con una ideología y unos métodos específicos.
2- La prensa colombiana, salvo la Hora de la Verdad, es afecta al centro izquierdo político. Extraño porque los dueños de los medios son empresarios capitalistas y exitosos. Sin embargo, la prensa escrita, radial y televisiva, durante los 8 años de Santos, se aplicó a la tarea de inflar, destacar y ampliar sus obras ficticias, ignorando, subestimando y desechando las noticias y las opiniones derivadas de los hechos ocurridos en las entrañas del Estado. La prensa arroja a la basura el pasado oscuro de Petro y le coloca sobre el pecho el distintivo de reformador inofensivo. Entonces para la prensa, Petro es apenas un reformador, en vez de un revolucionario. Propone subirle el impuesto predial a los terrenos con más de 1.000 hectáreas fértiles” y la prensa calla. "No se expropiarán tierras". "La propuesta consiste en comprarlas pagando con papeles de deuda pública para modernizar el agro”. Y la prensa permanece en silencio frente al hecho de que, se le arrebaten las tierras a los ricos para dárselas a los pobres y que todos seamos iguales: pobres. Si los propietarios de los predios son incapaces de cancelar el predial, el Estado les comprará por el valor que determine un burócrata comunista y les pagará con papeles de deuda pública redimibles en 50 años. De poseer un terreno de 1.000 hectáreas fértiles, el propietario pasa a tener papeles de deuda pública que serán convertibles en dinero dentro de 50 años. Eso se llama expropiación. O comunismo. O castrochavismo. Ahí no se ven las manos de un reformador inofensivo, sino las manos de un revolucionario vengativo.
3- La democracia liberal es el opuesto al comunismo de 1917 que aplican el Foro de Sao Paulo, Raul Castro, Nicolás Maduro y Gustavo Petro, y que se expresa por medio del sincretismo, capital-empresario-trabajador. El capital es aportado por el empresario y es utilizado en una fábrica de zapatos. El capital construye el edificio, adquiere las máquinas y compra los materiales que se requieren en el proceso productivo. El empresario es un prohombre que arriesga su capital, administra la sociedad y es remunerado por medio de los dividendos que decreta la asamblea, para ser pagados al año siguiente. El obrero usufructuando el medio productivo aportado por el empresario y vinculando a éste su fuerza de trabajo, fabrica los zapatos y obtiene un salario. Produce dos zapatos y el empresario le paga uno. Aquel que en vez de pagársele se le retiene, se llama plusvalía o riqueza o crecimiento económico. Plusvalía o riqueza o crecimiento económico que se distribuye entre impuestos para el Estado, dividendos para el empresario y capitalización de la sociedad. Pues, crecen el Estado, el empresario y la sociedad. En el comunismo sólo crece el Estado. Petro dice que al capital para cometer estas injusticias sociales hay que castigarlo subiéndole más los impuestos. Y al empresario para arriesgar su capital, ganarse unos dividendos y ser solidario hay que odiarlo porque es un explotador. Y el trabajador por haber contribuido a generar riqueza por medio de su fuerza de trabajo y, por haberse dejado explotar, debe odiar al empresario y, como mínimo, debe expropiarle su fábrica para que, la administren los comunistas del sindicato expertos en quebrar las empresas que cogen. Destruir el sincretismo, capital-empresario-trabajador, como lo hizo Allende en Chile, y como pretende hacerlo Petro en Colombia, es una declaratoria de guerra.
4- Petro quiere imitar a Chavez y el país tiene que estar consciente de eso: Hugo Chavez cerró 10.000 empresas productivas en Venezuela y dejó 3.000 trabajando al 33% de su capacidad. Hugo Chavez le regaló 40.000 millones de dólares a Fidel Castro. Hugo Chavez, por medio del Foro de Sao Paulo, financió la expansión del comunismo por toda la región latinoamericana. Hugo Chavez, después de ser tan generoso con Fidel Castro y con el comunismo continental, dejó morir de hambre y de enfermos a los niños venezolanos. Y a los sobrevivientes los mandó a sacar residuos de huevo, papa y arroz de los basureros. En un video que circula por Tuiter, Petro dice: "voy a aplicar el modelo de gobierno democrático que triunfó en Venezuela". Las 10.000 empresas cerradas por Chavez nos confirman de que no era reformador y populista sino revolucionario y comunista. Un reformador transforma las sociedades limitadas en anónimas o en SAS, pero, jamás las cierra. Llamar “populista” a Petro es un error porque se desinforma a la opinión y, según Eduardo Mackenzie, “lo desconecta de la imaginación popular, de la realidad del castrismo, de las atrocidades que esa dictadura cometió en Colombia y en el continente. Es mostrarlo como un reformista romántico, errado quizás, pero que lucha “por los pobres”. El marxista fanático que creyó que matar colombianos era legítimo y que sigue preconizando el odio y la guerra de clases, para seguir la ruta trazada por Chávez y Maduro, desaparece por completo gracias a ese apelativo mágico”.
5- El Tiempo, El Espectador, Semana y Caracol, le están ayudando a Petro a crecer en las encuestas, como le siguen ayudando a Santos en su eclipse político. Ese afecto por el centro izquierdo es respetable. Sin embargo, esa ayuda le es esquiva al pueblo que necesita conocer la personalidad política de Petro, para votar conscientemente el 27 de mayo. Por eso el pueblo se está alejando de la gran prensa y mejor recurre a las Redes Sociales: el calificativo de “populista” no le cabe a Petro, pues, es un comunista, en vez de un reformador. Según Eduardo Mackenzie dicho término -populista- fue lanzado en 2007, por Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, y afirma que el populismo es sólo un pecadillo explicable que ha creado atraso. Y agrega que el populismo económico “busca la reforma, no la revolución”. Eduardo Mackenzie remata diciendo de que “el comunismo moderno, o marxismo-leninismo, es otra cosa. Es el sistema dictatorial que más desastres humanos, muertes en masa, oscurantismo, ruina social, cultural y ecológica ha causado en la historia. Todo ese pasado y presente tenebroso, contaminado de mentira, que Petro reivindica como bueno y que dice aplicable en Colombia (Petro admira el infierno que ese sistema creó en Cuba y Venezuela), desaparece si lo llamamos “populista”. ¿Por qué disculpar los crímenes del castro-chavismo llamándolos “populismo”’? El asalto y quema del Palacio de Justicia de Bogotá por el M-19 no fue un acto de “populismo”, fue una atroz matanza. Las organizaciones que Petro creó para impulsar un programa maximalista apelando a elecciones no son de corte “populista”. Llamemos las cosas por su nombre.
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