La grave crisis política que vive Colombia se soluciona cuando el Congreso le aplique a Petro el 109
Gerardo Jurado Ciro
gerardojurado2017@gmail.com
1-El Presidente Gustavo Petro cometió un delito político y varios delitos penales; solo falta que la comisión de acusaciones de la Cámara reconozca esos delitos, que el Congreso debata y aplique el artículo 109 y que la Corte Constitucional califique de inconstitucionales esos hechos. Todo esto, probablemente, ocurra de esa manera; sin embargo, las intimidaciones del presidente y la consumación de sus recurrentes amenazas, no permiten esperar los rituales burocráticos y políticos, y el tiempo largo que esos sucesos necesitan para su realización cabal y legal.
2-El Presidente Petro ha colocado a un 83,60% del pueblo colombiano en una situación sumamente difícil, puesto que, pese a ser ilegítimo, e instigado por el desespero que le producen las demandas del reloj, comete desafueros cada vez mayores, como quebrar a las EPSs, quitarle las drogas a los diabéticos, hipertensos y enfermos terminales, amedrentar a la Federación Nacional de Cafeteros, pretender poner sus manos destructoras sobre las EPM, pagar con el dinero del pueblo la aprobación de las reformas a la salud y pensiones, y congraciarse con el crimen organizado para que reemplace a la fuerza pública y asuma la defensa de la paz.
3-Sin embargo, el pueblo es consciente de que las instancias legales son incapaces de fallar conforme a las demandas del reloj, y entonces considera la posibilidad de recurrir a otras instancias más rápidas y eficaces: las marchas de protesta. Precisamente hoy, 21 de abril, tiene lugar una de las manifestaciones para separar al señor Petro de la Presidencia. Y esto es entendible: porque si el señor Petro continúa tomando decisiones destructoras, el balance del desastre social, político y económico, finalizando 2024, va a ser cómo si un tsunami hubiese atacado a Colombia y la hubiese destruido totalmente; cómo si en 200 años el pueblo colombiano solo hubiese abierto caminos y construido cabañas de madera cubiertas de ramas o paja.
4- Los millones de patriotas colombianos, aunque un poco tarde, han entendido que para conjurar el peligro inconmensurable que personifica el señor Petro, la única e irrenunciable opción es separarlo del poder, antes de que consolide el sistema de cogobierno con el crimen organizado, ya que, el 83.60% de la población es incapaz de coexistir con el cogobierno, protección y autoridad de las Farc, Eln, Clan del Golfo y narcotraficantes colombianos, gringos y mexicanos. Es necesario tomar en consideración que toda la población interactúa con la policía y el ejército porque cada vez que lo hace siempre media el respeto y la confianza recíprocos. Siendo así, y sí obligan a la gente a interactuar con el crimen, y con sus verdugos, no mediará la confianza sino el miedo y la venganza y así, es imposible la coexistencia pacífica entre el pueblo y el crimen
5-Si no le aplican ya el artículo 109 a Gustavo Petro veremos a un aprendiz de dictador o a un Presidente ilegítimo concentrando todo el poder, prevalido de la fuerza bruta y los fusiles del crimen organizado, y no del poder político como lo haría un demócrata. Sabemos que los dictadores y aprendices de dictadores acaparan el poder político en sus manos eliminando o reprimiendo cualquier forma de oposición o disidencia. Suelen controlar las instituciones del Estado, como el Congreso, las Cortes, la Fiscalía, el ejército, la policía y los medios de comunicación. Sin lugar a dudas, esta tarea resultará bastante fácil para Petro, debido a que, pronto terminará de destruir a toda la fuerza pública que será reemplazada por el crimen organizado.
6-Petro como aprendiz de dictador cree que no está sujeto a la misma Constitución y a iguales leyes y normas que los ciudadanos comunes; por eso no rinde cuentas ante nadie y por eso actúa con impunidad total, sin temor a ser procesado por sus crímenes y abusos de poder. Frente a
la posibilidad de no ser castigado por la justicia colombiana, es casi seguro que sería procesado por la justicia de los Estados Unidos, puesto que, es evidente y clara su complicidad con el narcotráfico global, para que este siembre libremente coca y exporte libremente cocaína a los Estados Unidos y al mundo; además, es también cierta su corresponsabilidad penal en la suerte de 300 millones de drogadictos y en la muerte por sobredosis de 500.000 drogadictos cada año.
7-Represión y violencia; culto a la personalidad; desprecio por los derechos humanos: Petro, como jefe guerrillero, ordenó quien vivía o moría; ahora, como pichón de dictador, podría recurrir a la represión y la violencia para silenciar a la oposición y mantener el control de la población.
Esto podría incluir ejecuciones extrajudiciales, tortura, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y otras formas de abuso. Petro como pichón de dictador fomenta el culto a su personalidad, presentándose como figura heroica o salvadora de Colombia y el mundo.
Utiliza la propaganda y la censura para controlar la información y manipular la opinión pública. Como pichón de dictador desprecia los derechos humanos y las libertades fundamentales. Por eso suele violar sistemáticamente los derechos de los ciudadanos, como el derecho a la vida, a la salud, la libertad de expresión, la libertad de reunión y el derecho a un juicio justo.
8-Ambición de poder; falta de empatía: Gustavo Petro está motivado por una ambición desmedida de poder y control. Está dispuesto a hacer cualquier cosa para mantenerse en el poder, incluso si eso significa sacrificar el bienestar del pueblo colombiano. Para mantenerse en el poder quiere cambiar a la fuerza pública por el crimen organizado. Gustavo Petro carece de empatía por los demás. No es capaz de comprender o sentir el sufrimiento de otras personas, lo cual lo califica para cometer actos de crueldad y violencia, como enterrar vivos a sus secuestrados, defecar sobre sus cabezas y obligarlos a comer huevos revueltos con excrementos suyos. Siendo así, lo único que procede en este momento es aplicarle a Petro el artículo 109, puesto que, es la única manera de evitar: destrucción de los sistemas de salud, trabajo y pensiones; destrucción de las instituciones, organizaciones y empresas más grandes y representativas del país: Congreso, Fiscalía, Cortes, Juzgados, Tribunales, Procuraduría, Contraloría, EPSs, Ecopetrol, Petróleo, Gas y Carbón, Federación Nacional de Cafeteros, ANDI, EPM...
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