1- Son 8.318.374 los trabajadores formales y son 13.968.117 los informales. Para salvar la economía, es decir, para salvarnos todos, el Gobierno debe endeudarse a 20 años en la economía financiera del mundo, pagando bajos intereses, y después invertir con baja rentabilidad ese dinero a 20 años en los bancos Nacionales, para que éstos le presten a 20 años al sector productivo, para pagar las nominas y demás gastos fijos del período abril-septiembre, y recomience a trabajar para alcanzar primero el punto de equilibrio, y luego la recuperación económica total para volver a generar utilidades e impuestos, y, por supuesto, los recursos para cancelar las deudas de la salvación.
2- Un trabajador recibía en marzo un salario mínimo de $980.657; anuncia el Gobierno que ayudará a las empresas que tuvieron un bajón del 20% en sus ventas, con $350.000 por cada trabajador, en los próximos 3 meses; obviamente y a cambio de que el empresario se comprometa con el Gobierno a no despedir trabajadores. La diferencia, $630.657 la pagará el empresario. Por ejemplo: una empresa pequeña, con 10 trabajadores y una nomina mensual de $9.806.570, pagará con sus propios recursos, $6.306.570 y con la ayuda del Gobierno $3.500.000.
3- Es imposible que ese empresario pueda comprometerse con el Gobierno a conservar a sus 10 trabajadores, pues, es sumamente difícil que sea sujeto de crédito o posea en la caja $18,919.710, para pagar la nomina durante los próximos 3 meses; con más motivo o más razón, si la empresa en vez de vender normalmente, lo que ha tenido es una reducción en sus ventas o incluso cero ventas. Siendo así, puede aparecer la situación más compleja, puesto que, si sus 10 trabajadores no van a recibir el salario completo, el empresario tenga que tomar la decisión de prescindir de sus servicios. Lo cual significa que la empresa se cierre definitivamente.
4- Entonces la situación del empresario pequeño o mediano jamás va a mejorar; tampoco las condiciones de los trabajadores; el empresario perderá su empresa y los trabajadores perderán su empleo. Resultó peor el remedio que la enfermedad. El ministro Carrasquilla quiso hacerlo bien, pero lo hizo mal, ya que, expuso a los trabajadores a perder su empleo, y de sobremesa los obligó, a ellos y a sus familias, a comer el 64.31% menos; es decir, a desayunar con menos de medio huevo, y menos de medio pan, y menos de medio pocillo con café; y correlativamente colocó a los supermercados y al comercio al borde de la quiebra porque venderán un 64.31% menos.
5- Las condiciones económicas de los empresarios y trabajadores del sector informal es sumamente difícil: pues, 13.968.117 no tienen contabilidad, Cámara de Comercio y balances firmados por un Contador. Millones de informales apenas son conocidos por el Párroco, o el tendero, o el farmacéutico; por lo tanto, son víctimas de los comerciantes de la gota-gota...; siendo así, es preciso optar por un sistema de préstamos heterodoxo, quizás jamás imaginado y nunca usado en el país. ¿Cuál? Que los bancos, con el dinero puesto por el Gobierno, le presten a los millones de informales, con la única recomendación del Senador, Representante, General, Coronel, Ministro, Concejal, Diputado, Alcalde, Gobernador, Párroco, Fiscal, Notario, Juez, Contador, Ingeniero, Médico, Abogado, Decano, Gerente y Presidente…
6- De las medidas económicas, bien intencionadas pero incompletas del ministerio de Hacienda, inferimos que falta dentro del equipo económico del Gobierno la experiencia de un diestro empresario ducho en finanzas; un industrial hubiera propuesto pagar completos los salarios, formales e informales; prescindir del requisito del contador o revisor fiscal o auditor, pues, las empresas pequeñas no llevan siquiera contabilidad...; y asimismo ese experto en administración, hubiese aconsejado, jamás reducir la producción, nunca rebajar los ingresos y por ningún motivo mermar los consumos.
7- El ministro Carrasquilla dice que no le alcanza el dinero para pagar completos los salarios; eso equivale a decirle al paciente que tiene una infección generalizada -septicemia-, más o menos lo siguiente: señor, solo pudimos conseguir el 35.69% de los remedios, menos de la mitad; los otros están pedidos pero tardarán en llegar; le va a tocar morirse. Si a millones de trabajadores les quitan el 64.31% de los salarios o ingresos, más de la mitad, y los empresarios son incapaces de pagar el restante 64.31%, los obligan a comprar un 64.31% menos de mercado; y, lo peor, correlativamente rebajan los consumos un 64.31%, lo que significa un bajón en las ventas de supermercados y comercio en general, de un 64.31%. Eso es caos y quiebra total.
8- Coronavirus es un sujeto peligroso e invisible de una sola pieza de piedra; es decir, es monolítico y no dicotómico; por eso, en vez de socorrer la salud o la economía separadamente, hay que salvarlas a las dos al mismo tiempo. El Presidente, los científicos y los médicos, con mucho éxito, se han aplicado a la tarea de preservar la salud; falta que los financistas se apliquen a la tarea de amparar al sector productivo; y para esa gestión de salvamento social y económico, solo procede echarle mano a una porción de tierra de la Nación, y endeudarse con su garantía en 100 o 150 billones de pesos; 10 o un 15% del PIB, justo lo que se necesite, pues, se trata de salvar a millones de colombianos de un naufragio inminente. Redimidos 50 millones de compatriotas, serán capaces de producir para pagar en 20 años, 100 o 150 billones de pesos.
9- Las nuevas medidas económicas dejan por fuera a los trabajadores informales; que pese a su informalidad y a su anonimato social y laboral, tienen detrás de ellos al 62% del pueblo colombiano; y siendo así, ni siquiera van a recibir el 35.69% de un salario mínimo y son 14 millones; esta es una situación sumamente grave; porque sobre estos colombianos que suman millones, se ciernen dos amenazas terribles: como su trabajo lo ejecutan en la calle, calle arriba y calle abajo, tienen la amenaza del contagio del virus; y como carecen de ingresos, tienen la amenaza del hambre y otras enfermedades oportunistas que pescan en un sistema inmunológico y débil.
10- El ministro Carrasquilla dice que se le está acabando el dinero; tal vez el dinero en Colombia, porque en la economía financiera del mundo el dinero fluye en billones de dólares; y más ahora que el dinero especulativo le coquetea al capital productivo; obtener créditos a 20 años, por 25.000 millones de dólares, o por 37.500 millones de dólares, con intereses moderados y facilidades para aumentar los préstamos o pagar anticipadamente los créditos, es un tema que no reviste mayor complejidad y misterio. Por eso le recomendamos al ministro Carrasquilla alistarse para tomar la decisión más importante y grande de su vida.
11- Por todo esto de nuevo le recomendamos al ministro Carrasquilla prevalerse de una Fiducia Mercantil en Garantía, con tierra de la Nación, como bien fideicomitido, por valor de 200 o 300 billones de pesos, para que esa fiducia garantice y obtenga créditos, o emita bonos a 20 años, con intereses moderados y prepagos permitidos. Ese dinero va al sector productivo a 20 años, por medio de los bancos que los reciben de la fiducia… Ventajas de la fiducia: no hay que hacer ahora reforma tributaria; no hay que vender activos ahora; evita los subsidios a los empresarios; el dinero captado lo pagan el sector productivo y no el Gobierno; número indeterminado de acreedores; cambio y sustitución de acreedores; parcelación de la garantía; aumento de la garantía en el camino y posibilidad de tomar más prestamos...
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