1- El señor presidente Duque debería estar lidiando la guerra contra el coronavirus apoyado por un Estado Mayor Conjunto, cumpliendo funciones asesoras a nivel de planeamiento y de ejecución, en materias de salud y finanzas. En la parte de salud, el Estado Mayor Conjunto está planeando y ejecutando bien, pero, en la parte de finanzas no está funcionando ni bien ni mal; no está funcionando; hablamos del Banco de la República que en tiempos de guerra se reúne una vez al mes, mientras el Presidente le habla al país todos los días a las 6 de la tarde.
2- Esperábamos que el Banco de la República, asesorara a nivel de planeación y ejecución financiera al señor Presidente; nos equivocamos; esas funciones las están cumpliendo el señor Presidente, apoyado en el ministro de hacienda que todavía no ha tenido un chispazo genial; un destello de iniciativa; una ráfaga de luz intensa…; apenas ortodoxia financiera que solo es aplicable en tiempos de paz. Bajar los intereses 50 puntos un mes y luego a los 30 días repetir el mismo ejercicio inocuo, da grima.
3- El Banco de la República hizo la proeza de dejar los intereses en un 3.25% y cree que en los meses finales de este año puede protagonizar la hazaña de bajarlos a un 2%; es decir cuando los empresarios hayan desaparecido y nadie demande dinero. Durante una crisis financiera como la que estamos atravesando y la que se nos viene encima, los intereses deberían ser cero; tenerlos en un 3.25% es una irresponsabilidad, puesto que, en 15 y 30 y 45 y 60 días, el efecto dominó habrá quebrado a todas las empresas pequeñas, medianas y grandes.
4- Los bancos del país están refinanciando las deudas del sector productivo; ya han refinanciado 130 o 140 o 150 billones de pesos; sin embargo, deben refinanciar las deudas todavía por vencer hasta septiembre que pueden valer otros 150 billones; ¿por qué hasta septiembre? Porque las cuarentenas pueden ir hasta junio; y entonces la reapertura plena del sector productivo se producirá en julio; y las ventas llegarán en Agosto; y los recaudos de cartera serán en setiembre; y finalmente habrá caja plena a partir de octubre.
5- Los que critican a los bancos, los critican sin razón; refinanciar 300 billones de pesos hasta septiembre, demanda un esfuerzo financiero formidable, porque igualmente representa un aporte muy significativo a la solución de la crisis; por eso resulta desproporcionado pedirle a los bancos que también financien la salvación económica del sector productivo; esa operación de rescate implica prestarle al sector productivo y a largo plazo, 10, 15 o 20 años, 300 billones de pesos o más; y los bancos no pueden usar los ahorros del público para prestar semejante suma de dinero; además, es preciso salvarlos a todos y para eso es menester prestarle también a los que en marzo ya estaban insolventes o quebrados.
6- Los préstamos de salvación económica hechos a los empresarios, pequeños, medianos y grandes, solventes o insolventes, bien calificados o mal calificados, no pueden salir de las tesorerías de los bancos; la seguridad de los ahorradores y la ortodoxia bancaria, no fueron hechas como armas de guerra; son exclusivamente instituciones para tiempos de paz; meterle heterodoxia de guerra al sector financiero, es exponer el dinero de los ahorradores y crear contingencias asociadas a pérdidas parciales, o a ruina total. Cuando hay guerra, bélica o económica, la tienen que enfrentar los Estados, por medio de las FFAA o del Banco Central; es decir, con recursos propios del mismo Estado.
7- En este momento no hay alternativa: no caben las discusiones bizantinas; o vivimos o morimos…; o el Gobierno provee de dinero -300 billones de pesos, cifra supuesta- a todo sector productivo, formal e informal, para que pague salarios y gatos fijos por el período abril-septiembre-, o el sector productivo desaparece parcial o totalmente. El desafío es colosal...; más que un desafío financiero y monumental, es un tsunami social y financiero que se nos vino encima; por eso no caben ahora los Remedios genéricos que apenas producen alivios parciales; tampoco es procedente raspar ahora la olla; hoy no son pertinentes las timideces financieras. La guerra con el coronavirus la ganamos obteniendo dinero prestado a 20 años y usando la tierra como garantía. Cuarentenas, tierra y dinero son las armas.
8- Todo el sector productivo, formal e informal, solvente o insolvente, en marcha o quebrado, bien calificado o mal calificado, debe ser financiado, puesto que, durante un naufragio es menester arrojarles a todos el bote salvavidas; cuando el mar amenaza con ahogarlos a todos, no es humano elegir a quien se salva, en vez de elegir a quien se condena; todos merecen vivir y todos merecen salir ilesos. Cuando hablamos de salarios y gastos fijos, nos referimos también a las prestaciones sociales que se derivan de los salarios, es decir, primas, cesantías, vacaciones...; señalamos igualmente los arriendos, los intereses, los seguros... es decir, aquellos gastos fijos que es obligatorio causar, llevándolos a activos diferidos porque no hay ingresos de dónde deducirlos, pero que es preciso amortizar cuando de nuevo haya ventas.
9- Se requiere que aparezca ya el Estado Mayor Conjunto -Banco de la República-, cumpliendo funciones asesoras a nivel de planeamiento y de ejecución, en materias de salud y finanzas; el Presidente Duque es un gran Estadista, pero, necesita ayuda; Churchill era un gran Estadista, pero, mantenía a su lado al Estado Mayor Conjunto. Es preciso que del Estado Mayor Conjunto, brote un chispazo genial; un destello de imaginación; una ráfaga de luz intensa…; porque es el organismo financiero del país que puede salvar al sector productivo a corto plazo, sin intereses o con intereses muy bajos, y esta salvación vale 300 billones de pesos o más -cifra supuesta-.
10- Esperamos que el Banco de la República reaccione así, o de una manera parecida: hace depósitos por 300 billones de pesos a un año en todo el sector financiero, con rentabilidad cero o baja; los bancos prestan a un año 300 billones al sector productivo, con garantía del FNG e intereses bajos; el Gobierno crea una Fiducia Mercantil en Garantía, con tierra de propiedad de la Nación fideicomitida, por 450 billones de pesos, y esa fiducia se endeuda por 300 billones en el mundo, y a 20 años con intereses bajos; la fiducia deposita ese dinero en los bancos y éstos devuelven al Banco de la República la inversión de 300 billones; los bancos convierten los préstamos a un año, en préstamos a 20 años; al final el sector productivo se recupera y le paga a los bancos, los bancos devuelven el dinero a la Fiducia y la Fiducia paga, y procede a su liquidación.
11- El Banco de la República no se ha involucrado todavía y con berraquera a la guerra del virus; ha hecho cositas; cositas nada más; y es dable esperar que el Banco autónomo siga en la misma actitud. Si eso sucede, le recomendamos al señor Presidente Duque salvar al sector productivo, de la siguiente manera: crear ya una Fiducia Mercantil en Garantía, con tierra de la Nación fideicomitida y con aval de la Nación, por 450 billones de pesos, para que esa fiducia se endeude por 300 billones en el mundo y a 20 años con intereses bajos; la fiducia deposita ese dinero en los bancos y éstos le prestan 300 billones de pesos al sector productivo, a 20 años, con intereses bajos y con la garantía del 100 x 100 del FNG; el sector productivo se recupera sobrado en 20 años, le paga a los bancos, los bancos devuelven el dinero a la Fiducia, la Fiducia paga a sus acreedores y procede a ejecutar su liquidación.
Comentarios
Publicar un comentario